El rey Juan Carlos y Felipe González telefonearon a Garaikoetxea
Las habitaciones del palacio presidencial de Ajuria Enea, en Vitoria, permanecieron con la luz encendida durante toda la noche del pasado martes. A partir de las cinco de la madrugada, dos horas después de que la Asamblea Nacional retirara su confianza al lendakari, los teléfonos no dejaron de sonar ni un solo momento. Entre quienes telefonearon figuraban el Rey y el presidente del Gobierno.Al finalizar la reunión nacionalista en Castillo de Lejabeitia, el lendakari abandonó el local con un semblante inexpresivo. Junto a él el vicepresidente Mario Fernández mantenía silencio. Algunos consejeros del Gobierno vasco afirmaban, en tono dramatizador, "lo han echado".
Poco después de que Carlos Garaikoetxea y sus colaboradores se dirigieran a Vitoria, la centralita del palacio presidencial de Ajuria Enea se vio bloqueada ya que simpatizantes y militantes del PNV llamaban para manifestar su adhesión hacia Carlos Garaikoetxea.
El Rey telefoneó personalmente a Garaikoetxea, en la tarde de ayer, para manifestarle su simpatía. Felipe González, a la salida de la entrevista que mantuvo ayer con Gaddafi, hizo votos para que el PNV supere su actual crisis y declaró que había mantenido una conversación telefónica con Garaikoetxea en la que le manifestó su preocupación por la situción.
La mujer de Garaikoetxea, Sagrario Mina, así como sus hijos, que en los próximos días se trasladarán de domicilio hacia Pamplona, estuvieron atendiendo, ellos también, las numerosas manifestaciones de adhesión que llegaban a Ajuria Enea. Entre el nutrido número de telegramas que llegaron al palacio presidencial no faltó el apoyo de ningún representante de los partidos políticos vascos.
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