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Parcent, un pueblo alicantino que no se deja gobenar

Los vecinos de Parcent, un pequeño pueblo alicantino de 634 habitantes, han declarado la guerra abierta -con cóctel molotov incluido- a su alcalde, el aliancista Manuel Soldevila, más conocido como el Onassis de la comarca. A pesar de todo, Soldevila no se deja amedrentar y declara: "Gobernar ahora es mucho más fácil: no tengo que convocar ni plenos ni nada".

Parcent es una aldea alicantina, de 634 habitantes, que ha declarado la guerra abierta a su alcalde aliancista, Manuel Soldevila. La minoría del Grupo Popular que gobierna en el minúsculo Ayuntamiento se ha quedado sola en la corporación, después de que Soldevila perdiese una moción de censura en marzo pasado.Pero la crisis que despierta la hostilidad hacia el Onasis de la comarca, como se conoce a éste constructor de 39 años, se ha extendido ahora a la calle. Soldevila, después de soportar un encierro de vecinos, pidiendo su dimisión, ha llegado a sufrir un pequeño atentado nocturno. Un cóctel molotov anónimo explotó en la puerta de su vivienda en la madrugada del pasado día 4. A pesar de todo ello, Soldevila no quiere dimitir. "Gobernar ahora es mucho más fácil: no tengo que convocar plenos ni nada", afirmó a este periódico.

La ingobernabilidad de este pacífico pueblo, donde la mayoría de sus vecinos se dedica a las tareas agrícolas, comenzó inmediatamente después, de, que el Grupo Popular ganase las elecciones municipales en mayo de 1983. La composición inicial de la corporación es reflejo de la diversidad de las posiciones existentes: tres miembros del Grupo Popular, uno del PSOE; un independiente de tendencia centrista y otros dos independientes, nacionalistas, agrupados bajo las siglas CiU.

La inexistencia de unos presupuestos municipales durante el año y medio del gobierno de Soldevilá es una de las bases en que se apoyan sus detractores. Sin embargo, el alcalde sale al paso de la acusación al manifestar que "este Ayuntamiento no ha tenido ningún presupuesto desde 1980. Yo me encontré con un muerto aquí cuando llegué", explica. "No había libro de actas ni de registros. Respecto a los presupuestos, no hemos podido hacerlos hasta ahora porque en este año y medio han pasado por aquí cinco secretarios".

Soldevila alude a un clima poco cordial ' creado por los componentes dé las tres listas municipales, para explicar la salida de los cuatro primeros secretarios. "Uno de los secretarios fue agredido verbalmente. Otro vio volar sus gafas por los aires", comenta el alcalde. Pone como ejemplo del asedio al que se siente sometido cómo, para realizar obras de pavimentación, la oposición, dice, paralizó en primer lugar el proyecto al preguntar los kilos de asfalto, arena y otros materiales que se iban a emplear en la obra.

El alcalde está convencido de que la oposición no tiene nada contra él. "Ellos luchan contra el poder, nada más". Pero se muestra precocupado, porque a los pocos días del encierro efectuado por 60 vecinos en el Ayuntamiento, el día 22 del pasado noviembre, su vivienda fue. objeto de un atentado. La entrada de la casa, uno de los pocos inmuebles nuevos del pueblo, de tres pisos, quedó ennegrecida por él, humo de un rudimentario cóctel molotov.

Negocios del alcalde

Otras acusacioens apuntan a supuestas irregularidades en los negocios del alcalde, en el campo de la construcción, donde Soldevila se hizo con el apodo de Onassis. Pero la acusación más importante parte de la cooperativa agrícola local, El Progreso, que hace un mes decidió denunciarlo ante los tribunales por deudas que ascienden a unos cinco millones de pesetas. Soldevila no quiere hablar de ello, pero asegura que tiene todos sus papeles en orden.La situación en Parcent es vista de una manera muy distinta por uno de los concejales dimisionaxios, el socialista Jaime Moral que la describe como desesperante e imprevisible: "Se han agotado todas las vías legales para que se vaya el alcalde; hay que cumplir la ley, pero yo me pregunto al servicio de quiénes están las leyes. Al alcalde lo único que le queda ahora es la vida, y a todo el mundo le llega su hora". Ello no es óbice para que se salude amigablemente con su enemigo político.

En los próximos días, un pleno de la Diputación alicantina nombrará una junta gestora para el pueblo. La incógnita es si el alcalde continuará. EL gobernador civil, Octavio Cabezas, le aconsejó dimitir durante la reunión que mantuvieron el pasado miércoles, a lo que se negó Soldevila.

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