_
_
_
_

Zia Ul Haq espera afianzar su poder en Pakistán en el referéndum de mañana

El presidente de Pakistán, general Zia Ul lhq, de 60 años, ha convocado un referéndum para mañana, miércoles, en el que los paquistaníes aprobarán previsiblemente las nuevas leyes islámicas introducidas por el Gobierno y confirmarán para otros cinco años el mandato del propio Haq, que Negó al poder por medio de un golpe de Estado en 1977. La continuidad de Zia Ul Haq no ofrece dudas, en opinión de los observadores, dado que el referéndum la vincula a la islamización de Pakistán, y la gran mayoría de los paquistaníes es de religión musulmana.

La única incógnita, susceptible de empañar el éxito de los planes del presidente, es la elevada abstención que se prevé entre los 34 millones de votantes musulmanes."No tengo ninguna ambición personal. Servir a mi país y a mi fe es lo único que deseo", ha declarado el general Ul Haq en vísperas de este probable plebiscito, mediante el que pretende liberarse de la pesada etiqueta de "el dictador que mandó ahorcar al primer ministro Zulfikar Ali Bhutto", el líder del Partido del Pueblo Paquistaní, cuyo Gobierno constitucional fue derrocado por el golpe militar de 1977. Zia Ul Haq, que ha prometido dimitir si el resultado del referéndum le es adverso, dijo durante la campaña electoral que ha realizado en gran parte del país, que cada voto negativo a esta consulta es un voto en contra de Pakistán.

Atento a su imagen intemacional, el régimen ha limitado al mínimo las detenciones de los "alborotadores" de la oposición. Zia Ul Haq ha prometido que, tras su triunfo en el referéndum, organizará elecciones generales antes de marzo de 1985, aunque sin participación de los partidos políticos. También ha prometido restablecer la Constitución de 1973, aunque en el marco de un régimen presidencial "islámico" que no dejará margen para que exista una oposición.

Conservador y tradicionalista en materia económica y social, el régimen del general Zia cuenta con el apoyo de las clases económicas, del Ejército, de la burocracia y de los hombres de negocios. También ha conseguido atraerse el favor de las grandes familias feudales, que siempre controlaron la política del país. El campesinado y la reducida clase obrera, casi totalmente analfabetas e incapaces de organizarse políticamente bajo la ley marcial, son insensibles a las tesis liberales o progresistas de las elites prooccidentales. Durante su reciente campaña, el general Ul Haq afirmó: "Hemos suprimido la política y nos hemos concentrado en el desarrollo económico. Ésta es la razón por la que nos apoya el pueblo".

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_