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El Instituto de Crédito Oficial tiene grandes pérdidas por los beneficios cambiarios del Banco Exterior

El Instituto de Crédito Oficial (ICO) ha tenido que soportar elevadas pérdidas como consecuencia del riesgo de cambio en la concertación de préstamos en divisas con destino a la financiación de las exportaciones, según ha puesto de manifiesto una auditoría de la Intervención General del Estado sobre el ejercicio de 1982. Por el contrario, el Banco Exterior de España, a través del cual se han instrumentado estos apoyos del Instituto de Crédito Oficial a la exportación, ha obtenido la mayor parte de sus beneficios por la transferencia de las pérdidas M riesgo de cambio al instituto.

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El ICO, tras captar las divisas, las transformaba en pesetas y se las prestaba al Banco Exterior. Éste, a su vez, se las entregaba a los exportadores. La depreciación de la peseta jugaba a favor del Banco Exterior y en contra del ICO. Las pérdidas experimentadas por el ICO, dice textualmente la auditoría de la Intervención, "parece claro que se encuentran muy ligadas al incremento de financiación al Banco Exterior de España". "En cuanto a los beneficios obtenidos por el Banco Exterior" por variaciones en el tipo de cambio, "que esta entidad defiende como propios, efectivamente son los que ha obtenido en la doble conversión de pesetas a divisas y viceversa".Una reciente auditoría del Tribunal de Cuentas al Banco Exterior pone de manifiesto esta situación. En 1982, el citado banco obtuvo 2.295 millones por diferencias de cambio en operaciones de arbitraje y 10.470 millones por diferencias de cambio procedentes de derechos y obligaciones asumidos en pesetas. Sobre esta última cantidad, el propio Tribunal de Cuentas indica que "se podría decir que esta parte notable de los beneficios que obtiene el Exterior puede calificarse de beneficios extraordinarios -o excepcionales, si bien, dada la composición del balance de 1982, existen unos beneficios latentes por diferencias de cambios que se pueden estimar en más de 8 1.000 millones de pesetas".

Aunque en los últimos ejercicios se han introducido algunas correcciones a esta situación (entrega de las dotaciones al Banco Exterior en divisas y no en pesetas), fuentes de la Administración han indicado que estas auditorías ponen de manifiesto un problema de fondo que todavía no está resuelto de forma satisfactoria: el sistema de financiación de las exportaciones.

Otras operaciones financieras

Sobre empréstitos y préstamos en pesetas, que representan el 8,65% del total de los recursos obtenidos por el ICO en 1982, la auditoría de la Intervención General del Estado señala que "se podría obtener una mayor eficacia y transparencia si estos recursos se obtuvieran vía Tesoro Público, aunque indiscutiblemente este cambio en la política financiera pudiera exigir modificaciones en las disposiciones legales vigentes".

En cuanto a la aplicación de recursos, la auditoría señala como lo más significativo "la refinanciación de deudas no atendidas por amortización de los préstamos de Gobierno, y en los fondos de ayuda al desarrollo la no exigibilidad de intereses de demora" en la mayoría. de los casos, "ni la liquidación de las comisiones sobre préstamos dispuestos". La actual dirección del ICO ha adoptado la decisión de mecanizar cobros y pagos de los fondos de ayuda al desarrollo, lo que permitirá un seguimiento más exacto de estos préstamos.

Los auditores han hecho especial hincapié en la existencia de cuantiosos fondos del ICO en cuentas inmovilizadas durante varios meses en la banca privada. La existencia de estos fondos en la banca privada, "si bien está autorizada desde 1980", dice la auditoría, se permitió "bajo determinadas condiciones, que no se han cumplido o se han cumplido parcialmente".

En concreto, y en relación con las emisiones de bonos del ICO, los auditores recuerdan que la autorización establecía que "cada banco abonara el importe de los títulos vendidos, así como los intereses que puedan producirse". Sin embargo, añaden, "no se abona el importe de dichos títulos, sino que el propio banco liquida al ICO los gastos en que se haya incurrido por la emisión (comisión de agencia y colocación), con lo que se le abona la diferencia, lo que equivale a minorar los ingresos".

El ICO, dice la auditoría, "no ha ejercido el derecho que el contrato suscrito con el banco agente le otorgaba para poder disponer de la emisión de bonos en una fecha determinada, ya que los 6.000 millones de pesetas de la emisión de bonos ICO de 1982 permanecieron en 1:4 banca privada de tres a cuatro meses".

Régimen fiscal

Fuentes del instituto alegan que la entrada del ICO en los mercados financieros se inició en 1978 y que esta penetración se hace en competencia con otros captadores públicos y privados con mayor capacidad de maniobra, por tener una configuración jurídica más ágil, gozar de un régimen fiscal más favorable (caso de las compañías eléctricas) o poseer una imagen de mayor peso (caso del Tesoro). "Esto ha obligado al ICO", indican estas fuentes, "a adaptarse a las condiciones ofrecidas por otros competidores, concediendo en ciertos casos, y para partidas importantes, ventajas de depósitos de los fondos en entidades crediticias. Tales ventajas compensan la rígida política de comisiones de colocación que el ICO, como emisor público, está obligado a mantener y mantiene".

La auditoría de la Intervención General del Estado indica que a 1 de enero de 1982 el ICO tenía depositados 3.423 millones de pesetas en la banca privada desde hace varios meses. Y a modo de ejemplo reseña que hubo saldos por 2.445 millones que permanecieron más de cinco meses sin movimiento alguno en la banca Privada; saldos por 4.204 millones en iguales circunstancias durante más de cuatro meses, y saldos por 2.271 millones durante más de tres.

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