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Un grupo terrorista belga vuela un oleoducto de la OTAN

Andrés Ortega

Las Células Comunistas Combatientes (CCC) protagonizon ayer una espectacular serie de seis atentados contra instalaciones del oleoducto de la OTAN en Bélgica. La acción ha sentado como una bofetada al Gobierno belga, hasta ahora impotente ante este primer estallido de un terrorismo autóctono. No hubo víctimas, pero sí elevados daños materiales. "La guerra a la OTAN se ha convertido en el eje principal de nuestro movimiento", proclamaron ayer las CCC.

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Los atentados -ocurridos entre las cinco y las ocho de la mañana- estuvieron dirigidos contra cámaras de válvulas y alcantarillas de acceso, no vigiladas, del Sistema de Oleoductos de Europa Central (CEPS), que aseguran el reabastecimiento de carburantes diversos para las fuerzas de la OTAN.Las instalaciones belgas enlazan el puerto de El Havre, en Francia, con la ciudad de Aquisgrán, en la República Federal de Alemania (RFA). Los conductos tienen un diámetro de 30 centímetros y están enterrados a una profundidad que varía entre uno y cuatro metros.

Las acciones de las CCC se produjeron en cinco lugares distintos de Bélgica: Ittre, Glons (dos atentados separados en este lugar, incluido uno contra una estación de bombeo del oleoducto), Ensival, Gages-Gibecq y Gastuche. En Ensival, según testigos presenciales, hubo una "auténtica lluvia de queroseno".

Las CCC precisaron que habían realizado "estos ataques por medio de cargas explosivas puestas en las alcantarillas de acceso blindadas de la cuarta división (belga) de los oleoductos de la OTAN".

Las explosiones provocaron varios incendios, que fueron limitados por la intervención de los bomberos y de los equipos de Protección Civil.

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Medidas de seguridad

La OTAN ha reforzado sus medidas de seguridad en los últimos meses ante la serie de atentados terroristas que se suceden en Bélgica, pero ayer fuentes atlánticas minimizaron lo ocurrido, señalando que "es muy fácil atacar instalaciones no vigiladas" y, de hecho, prácticamente imposible defenderlas en su totalidad.Las CCC comenzaron a actuar en el mes de octubre pasado, y han cometido desde entonces seis atentados, además de los de ayer.

En primer lugar, atacaron las sedes en Bélgica de tres empresas multinacionales -Litton y Honeywell (norteamericanas) y MAN (alemana occidental)- que trabajan con material de alta tecnología para la Alianza Atlántica, especialmente para los nuevos misiles nucleares norteamericanos.

Posteriormente, atacaron edificios de dos partidos -uno liberal y otro socialcristiano- de la mayoría gubernamental belga. En su sexto atentado destruyeron las columnas de apoyo de una antena de telecomunicaciones de la base aérea de Bierset.

Tras el primer atentado, el Gobierno belga montó un grupo de acción antiterrorista, presidido por el ministro de Justicia, Jean Gol, para aunar las labores de todas las fuerzas y servicios. Pero hasta ahora, a pesar de impresionantes operaciones de busca y de registro de domicilios, estos esfuerzos no han dado resultados concretos.

Las CCC son, de hecho, el primer grupo -se dice que ligado al francés Acción Directa- que refleja un terrorismo belga en un país que, hasta el momento, se había librado de este tipo de delitos.

Fuentes militares señalan que se tardará varios días en reparar los daños causados a las instalaciones de la OTAN.

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