La Editora Regional presenta graves irregularidades y 31 millones de pérdidas
La Inspección General de Servicios de la Administración autónoma de Murcia será el organismo que determine quién tiene la responsabilidad del caos contable y administrativo existente en la Editora Regional, puesto al descubierto tras la auditoría encargada por la Consejería de Cultura, de la que depende, y en la que se indica, entre otras irregularidades, que la editorial no ha presentado nunca liquidación de gastos e ingresos, si bien se ha podido establecer aproximadamente que las deudas que tiene contraídas ascienden a casi 31 millones de pesetas.
Aunque según se indica en la auditoría, hecha pública por el diario La Verdad, "no es posible confiar en que la información y registros contables sean representativos y contengan todos los derechos y obligaciones contraídas por la entidad", aun así el informe establece que la Editora Regional tiene unas deudas contraídas por valor de 30.985.807 pesetas, siendo los acreedores más importantes dos imprentas, a las que se adeuda 24 millones a una y cinco a otra. El activo de la editorial asciende a 12.765.721 pesetas, que corresponden a los 2.118.040 pesetas que le adeuda la distribuidora, más su fondo editorial, lo que da un déficit patrimonial de 18.225.086 pesetas.También se pone de manifiesto en la auditoría que no existen estudios de la tirada de las ediciones, ni con respecto al número de ejemplares que se ponen a la venta ni los que son de distribución gratuita. Se da el caso de que de los 120.075 ejemplares impresos en la vida de la editora se han donado 4.665, que suponen algo más de dos millones de pesetas, pero el auditor considera que esta cifra no se ajusta a la realidad, ya que las donaciones se han realizado de forma arbitraria y sin que la editorial pidiera justificantes. Otro aspecto destacable es que el distribuidor exclusivo de los libros hace tres años que no presenta liquidaciones y hay un desfase de casi 10.000 volúmenes entre el depósito admitido por el distribuidor y lo que teóricamente deberían ser sus existencias.
Sin embargo, el director de Editora Regional, Ángel Montiel, que lleva al frente de la entidad casi cuatro años, no considera que este caos que ha revelado la auditoría sea responsabilidad suya. "Yo soy director de publicaciones, pero en mis funciones no entra la parte administrativa de la editorial, aunque en muchos casos me he excedido y también he hecho labores de gestión. La parte administrativa ha correspondido siempre a la propia consejería de Cultura directamente". Para el director de la editorial la auditoría refleja la falta de previsión al crear el organismo.
El actual consejero de Cultura, Esteban Ejea, coincide en este extremo con el director de la Editora Regional. "La editorial se pensó como una entidad que sirviese de promoción para los autores murcianos a la vez que para difundir temas de interés regional. Se planteó que tuviese una estructura administrativa clara, que podía ser a través de un organismo autónomo, pero se atendió sólo una de las partes y no se previó la administrativa".
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