Campaña popular en Vallecas para reivindicar la ampliación del Metro

Los representantes de 15 asociaciones de vecinos, 7 parroquias y 10 asociaciones de padres de alumnos de otros tantos institutos y colegios nacionales de la zona de Vallecas han iniciado una campaña para conseguir la ampliación de la línea 1 del Metro hasta la ciudad residencial Santa Eugenia. Las citadas entidades han distribuido 30.000 folletos explicativos, han realizado diversas asambleas en los barrios y han organizado una recogida de firmas casa por casa.

La prolongación de la línea 1 del ferrocarril metropolitano en cinco estaciones, desde la de Portazgo a Santa Eugenia, fue aprobada en el plan de ampliación de 1974. Reajustes posteriores redujeron a tres el número de estaciones nuevas, aunque las asociaciones vallecanas critican el hecho de que se hayan incumplido los plazos de construcción y no existan previsiones para el comienzo efectivo de las obras.Para conseguir el cumplimiento del plan de 1974, los responsables de la campaña han confeccionado pegatinas con el lema Vallecas: si tuviera metro dejaría el coche, que se reparten a los automovilistas; han convocado un concurso de redacción y dibujo entre los escolares de la zona, con el lema En Vallecas, el metro a un metro, y han enviado una carta al ministro de Transportes, Turismo y Comunicaciones, Enrique Barón, a quien solicitan una entrevista para explicarle la situación de la zona.

En la comunicación a Barón se le recuerda que la reivindicación popular de ampliación del metro está planteada desde hace 10 años, y se insiste en que a la elevada demanda de transporte público que ya existía entonces se ha ido sumando una población de más de 40.000 nuevos vecinos, como consecuencia de los planes de remodelación de viviendas.

Los impulsores de la campaña estiman que el gasto anual que realizan los habitantes de Vallecas para llegar en autobús a las estaciones de Portazgo, Nueva Numancia o Pacífico es de unos 400 millones de pesetas, aparte de los 2.500.000 horas anuales perdidas en esperas y transbordos o las 60 toneladas de combustible consumidas inútilmente por el uso obligado de vehículos privados como medio sustitutivo del transporte público.