El PSC y la OTAN
Estoy dolorosamente de acuerdo con lo señalado en el editorial del pasado día 27 de noviembre, Los socialistas de Cataluña, sobre que los miembros del PSC hemos de madurar y clarificarnos para superar nuestra faja de complejos, y estoy escépticamente de acuerdo en que la nueva ejecutiva nacional del PSC continúa con la fórmula rancia del poti-poti, mientras en cínica paradoja los barones rosas dejaron a Raimon Obiols "en solitario para la lidia pública de los conflictos", pues es la diana del editorial.En cambio, otras tesis del editorial resultaban superficiales, y curiosamente pueden ser el retrato preciso de lo que el militante .acomplejado y por madurar" barruntaba que desearía comentar con los amigos la mañana después de esos ejercicios espirituales que fueron el IV Congreso del PSC. Los que podemos aparecer como oficialistas tenemos rígida y combativamente claro que ni "sólo nos interesa Cataluña" ni sólo "seguir pensando en nuestra derrota", y que por el protocolo del pacto de abril las relaciones internacionales son competencia del "partido federal". Pensamos que en el Congreso del PSOE los delegados del PSC han de tener dos mandamientos: no quedar enganchados en una posición antitética y de confrontación con el decálogo del Gobierno, y que ante la fatalidad de la soberanía limitada, del peso de la industria militar en el futuro de inversiones, la voluntad anti-OTAN frustrada ha de exigir unas compensaciones a la progresiva inercia atlantista. Estas compensaciones pasan por una nueva perspectiva del futuro del PSC dentro del PSOE en política internacional.
Pero quedó claro, y lo explicitá Obiols, que el congreso del partido se hizo sin vencedores ni vencidos, y que los socialistas catalanes están por la paz y contra la política de bloques, y siempre dialécticos, para no olvidar que la fuerza del bumerán del referéndum de la OTAN sólo puede herir al primer Gobierno socialista de la historia española-
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