Un muerto de infarto y un herido de bala al tomar la policía el astillero Euskalduna
El conflicto en el astillero bilbaíno Euskalduna, dentro de la reconversión naval, que dura ya varias semanas, alcanzó ayer el máximo grado de violencia. Pablo González Larrazábal, trabajador del astillero, falleció víctima de un infarto que le sobrevino cuando trataba de protegerse en el casco de un buque en construcción de una carga efectuada por fuerzas policiales antidisturbios. La policía entró en la factoría disparando con fuego real de metralleta y protagonizó actos de gran dureza.
Otro trabajador, Vicente Carril, resultó herido de bala, y varios más, con heridas de distinta consideración a consecuencia de los golpes. Una persona hubo de ser atendida en un centro hospitalario después de recibir una fuerte paliza de miembros de la fuerza pública, que utilizaron sus porras reglamentarias y las culatas de los fusiles.
Varios policías resultaron heridos y contusionados, y un obrero resultó con quemaduras graves en el 22% de su cuerpo. A diferencia de la moderación de que dieron muestras los agentes que intervinieron durante las primeras semanas del largo conflicto de Euskalduna, los que actuaron ayer se comportaron con una violencia extremada. Testigos presenciales afirman que los incidentes se iniciaron poco antes de las siete de la mañana, cuando los trabajadores iban a entrar en el astillero. Sin previo aviso, la policía cargó contra los obreros, que corrieron a refugiarse dentro de la factoría.
El fallecimiento de González Larrazábal se produjo poco después de que, tras escucharse una primera ráfaga de metralleta, varios cientos de trabajadores se replegasen hacia la zona de diques, tratando de refugiarse en el interior de un buque en construcción. Para entonces ya había resultado herido Vicente Carril, alcanzado por una bala en un. costado. La muerte del trabajador bilbaíno es la segunda que se produce en relación con la reconversión naval. La primera fue la de un estudiante de 20 años, en Gijón, cuando resultó alcanzado por los disparos de un joyero que trataba de evitar la utilización de su automóvil en una barricada.
Mientras ocurrían estos hechos, agentes de la compañía número 11 de la Reserva General, con base en Miranda de Ebro (Burgos), asaltaban el edificio que alberga las sedes de las secciones sindicales. Los agentes arrancaron de cuajo lavabos, inodoros, tuberías, y arrasaron cuanto encontraron a su paso. Las sedes sindicales resultaron seriamente dañadas, con excepción de la correspondiente a UGT, en la que no llegaron a entrar.
Cerca de un millar de trabajadores de Euskalduna se manifestó en la tarde de ayer por el centro de Bilbao, levantando barricadas y coreando consignas relativas a sus reivindicaciones laborales, así como otras contra el gobernador y la policía. Un agente pretendió que los informadores gráficos que cubrían la manifestación retirasen una barricada que había sido colocada por los manifestantes.
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