La manifestación contra la LODE

La manifestación popular contra la LODE es, independientemente de los derechos de libre expresión de sus convocantes y del derecho de libre manifestación de sus asistentes, un acto esencialmente político que intenta modificar desde una movilización en la calle a las decisiones de quienes han sido designados, por la mayoría del pueblo español para legislar y gobernar.Nos hallamos ante una paradoja total. La derecha de este país recrimina duramente a la izquierda cuando rectifica alguno de sus postulados teóricos, tanto cuando el cambio de postura responde a un mejor conocimiento de la realidad -posiblemente esto es lo que hay detrás del viraje socialista sobre la OTAN que yo no comparto-, como cuando el cambio de postura responde a modificaciones de la realidad -social española, que es, por naturalez ' a, muy cambiante en estos tiempos. Esas rectificaciones, que yo respeto porque me parecen en general saludables (porque lo contrario sería empecinamiento irracional), se están utilizando como elemento de desgaste del Gobierno, cuando en cualquier país civilizado serían recibidas por todo el mundo como prueba de honestidad, de ausencia de fanatismo y de humildad política de quienes dan marcha atrás a sus postulados.

Pero en los casos en que la izquierda pretende aplicar estrictamente el programa que presentó a las elecciones generales, lo que equivale a decir el programa que respaldaron con su voto la mayo-. ría democrática de los españoles, entonces la derecha salta, crispa la calle y convierte los temas en polémicas abstractas que tienen como fondo indemostrable el respeto a la libertad. La derecha pide, en definitiva, que la izquierda actúe como si no hubiera ganado las elecciones ' y eso, me parece sencillamente intolerable. Y me parece todavía más intolerable que el Gobierno dé la sensación de ser sensible y afectarse por ese chantaje.

-Diez millones de españoles expresaron sin ambigüedad, hace sólo dos años, su deseo de que muchas cosas cambien en este país. En general, el voto a los socialistas no fue tanto el voto a un partido concreto como el respaldo para que otros rompieran muchas de las cosas que tradicionalmente han hipotecado la vida de los españoles. Que después de eso se recurra a la calle para que aquí no se, toque nada, es lamentable. O peor, es antidemocrático, y, además atenta contra la libertad expresada en aquella consulta electoral.-