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302 polacos abandonan sus barcos, en tan sólo ocho días, en puertos de la RFA

Un total de 302 ciudadanos polacos aprovecharon en tan sólo ocho días las escalas en Hamburgo de un barco que realizaba un crucero turístico y, en Travemünde, de un transbordador, para no regresar a Polonia. Más de 100 solicitaron asilo político en la República Federal de Alemania (RFA), donde el trato recibido en los primeros momentos por los exiliados ha provocado críticas de la Democracia Cristiana y del diario sensacionalista Bild, que acusan de "falta de corazón" a las autoridades de la ciudad-Estado de Hamburgo."Cada vez que llega el Stefan Batory sabemos que nos espera trabajo extra, pero para esto no estábamos preparados", declaró en Radio Alemania el martes Manfred Sorg, director de la Oficina del Censo de Hamburgo, al tener que enfrentarse con el caso de 192 polacos que abandonaron en la ciudad el crucero Gdynia-Hamburgo-Rotterdam.

En cada viaje del Stefan Batory se produjeron, en los últimos meses, abandonos y solicitudes de asilo político, pero lo ocurrido la última semana batió marcas. Además del Stefan Batory, otro barco polaco, el transbordador Rogalin, perdió en Travemunde el pasado fin de semana 93 pasajeros, que fueron a sumarse a otros 17 que abandonaron el barco el miércoles.

Las autoridades de Hamburgo comunicaron que unos 100 polacos han pedido ya asilo político en la ciudad. Del resto no se puede saber con certeza su paradero, porque algunos tenían visados de tránsito para la RFA y quizá se encuentren ya en otros países. Otros tenían visados para tres días y pueden estar en otras ciudades de la RFA con familiares o amigos, y tal vez presenten allí la solicitud de asilo político. Un portavoz de las autoridades aduaneras de Travemünde declaró que en cada escala del transbordador unas 30 personas no regresan a bordo, pero no se excluye la posibilidad de que algunos retornen por tierra a Polonia, porque parte de los viajeros tiene visados de hasta una semana y no todos se exilian.

Las primeras experiencias de los evadidos del barco polaco en Hamburgo no fueron agradables, según las crónicas de Prensa y las protestas de un portavoz democristiano. Bild publicó una foto de los polacos, sentados en sillas y con aspecto agotado, a la puerta de la oficina de empadronamiento de Hamburgo. Según el diario, "muchos fueron rechazados sin darles dinero, comida y hospedaje, por lo que deambularon por Hamburgo durante un día".

Frialdad de corazón

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El portavoz democristiano Walter Brueckmann criticó el trato "con frialdad de corazón" que sufrieron los polacos huidos, y acuso al Senado de la ciudad-Estado -donde gobiernan con mayoría absoluta los socialdemócratas- de haber atentado "contra las reglas más elementales de la asistencia social". El portavoz acusa al senador (ministro) de Asuntos Sociales de Hamburgo, el socialdemócrata Jan Effiers, de calificar a los polacos de "exiliados económicos", lo que, según Brueckmann, significa "difamarles como extranjeros molestos".Entre los polacos que abandonaron el Stefan Batory en Hamburgo, los hay que dejaron en Polonia a parte de su familia; otros quieren reunirse con sus cónyuges, que ya viven en el extranjero, y algunos desean emigrar a Australia. El momento de llegada a la RFA de estos exiliados no es bueno, pues son más de dos millones los parados en la RFA. Los que hace años eran recibidos como héroes que "escogieron la libertad", corren el riesgo hoy día de convertirse en "extranjeros molestos que vienen a quitarnos puestos de trabajo".

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