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Shirley Williams cree que Europa puede alcanzar a EE UU y Japón en 10 años

Rosa Cullell

Shirley Williams se pasea por el mundo arrastrando una enorme maleta "llena de papeles" y alterna sus viajes como presidenta del Partido Socialdemócrata británico -fundado por antiguos militantes laboristas- con los propios de una economista de la OCDE. Una energía que desborda, la traslada en cuatro días, y casi por arte de magia, desde Brasil hasta Madrid, de Madrid a Barcelona, para de allí viajar a Atenas. Shirley Williams vive de su trabajo como economista y presidenta de varios grupos de trabajo de la OCDE, para quien ha realizado informes sobre empleo juvenil, desempleo, sector de servicios, aplicación de nuevas tecnologías....Varios militantes laboristas abandonaron un día de 1981 el partido, entre otras cosas porque eran partidarios de la permanencia del Reino Unido en la CEE cuando la izquierda del mismo ahogaba por la salida. Entre los que decidieron la escisión se encontraban David Owen, actual presidente del grupo parlamentario socialdemócrata, y Shirley Williams. Shirley sigue siendo partidaria acérrima de la CEE. "La CEE está en crisis, en una fuerte crisis, pero los que dicen que debería desaparecer se equivocan. Decir esto es como decir que Europa no tiene futuro, porque no hay futuro para nosotros si no es dentro de la Comunidad".

Desde su vocación "europeísta e internacionalista", Williams apuesta por la innovación industrial y asegura que Europa "debe responder al reto tecnológico". "Los Gobiernos europeos, la CEE, no pueden permanecer cruzados de manos ante las nuevas tecnologías, ya que, con la actual base científica europea, en 10 años podríamos estar al nivel de Estados Unidos, de Japón y de la URSS. La realidad, sin embargo, es que nosotros empezamos ahora a realizar estudios serios de microelectrónica, mientras que IBM y Philips ya nos han ganado la carrera y están a años luz de nuestras actuales investigaciones". Mueve la cabeza, esboza una media sonrisa, entre irónica y triste, y suspira: "¡Europa está tan ciega!".

La huelga del carbón

Shirley Williams se enfurece ante la postura tomada, tanto por el Coal Board (órgano oficial que dirige la política minera en el Reino Unido) y el Gobierno de Margaret Thatcher como por el Partido Laborista, en la huelga de los mineros británicos. "Esta huelga ha dividido terriblemente al Partido Laborista. No podemos olvidar que una tercera parte de los mineros está trabajando mientras los laboristas defienden la huelga sin paliativos, negándose a todo compromiso y apoyando a los piquetes. Olvidan que en ocasiones estos piquetes obligan a los trabajadores de un pozo que ha votado en su totalidad por la vuelta al trabajo a seguir en huelga. Por otra parte, la postura del Coal Board es totalmente insensible, lo ha sido siempre, ya que, por ejemplo, nunca ha creado empleos subsidiarios en las zonas mineras. Los mineros saben que si no ganan la huelga, si se cierran los pozos, no encontrarán otro trabajo. Y algunas minas ya han sido cerradas".Williams está a favor de una economía mixta, en donde la salud, las comunicaciones, los ferrocarriles... sean de carácter público, "pero favoreciendo y apoyando al mismo tiempo la iniciativa privada". Su opinión del Gobierno Thatcher se basa en estadísticas y datos prácticos: "El problema de la vivienda en Gran Bretaña está cada vez peor, las carreteras se están convirtiendo en rutas de baja calidad y los servicios sociales, cuyo presupuesto ha sido dramáticamente rebajado, están totalmente descuidados. El problema, sin embargo, es de alternativa, de sucesión. El Partido Laborista está dividido y desprestigiado, y nosotros aún no somos suficientemente fuertes".

Un sistema caduco

Para Shirley Williams, las altas tasas de desempleo europeas han sido provocadas por un sistema con pocas alternativas. "En un momento en que la OCDE advierte que el próximo año podríamos tener en Europa un total de 20 millones de desempleados, debemos empezar a pensar que el viejo sistema está caduco y no funciona, que hay que buscar nuevas alternativas. Los Gobiernos prefieren emprender gigantescos proyectos económicos, en vez de preocuparse de medidas menos espectaculares, aunque más eficientes. Pero ahora hemos de olvidarnos un poco de la macroeconomía".La político británica propone, como solución, emprender "nuevos esquemas locales de creación de empleo, abandonar la creencia de que el Estado, la nación en mayúsculas, lo puede todo, y financiar proyectos desde ayuntamientos y corporacíones locales, que, como se ha demostrado, son mucho más eficientes".

Para Williains, Escocia es una buena muestra de lo que puede hacerse desde el propio territorio, y no desde el centro administrativo del Estado. "La Agencia para el Desarrollo Escocés ha conseguido, con el trabajo conjunto del sector público y del privado, que una de las áreas más pobres de mi país se haya convertido en un centro tecnológico importante y ha impedido que continúe creciendo el desempleo".

Tampoco cree que los actuales sistemas de subsidios sean una solución al paro. "No, en absoluto. En vez de pagar un subsidio sin retorno, se debe lograr que la financiación estatal pueda ser convertida en inversiones en pequeñas empresas que luego repercutirán en el propio país y crearán más empleo. En Gran Bretaña se han creado 100.000 puestos de trabajo bajo un esquema de ayudas municipales. Cada uno de estos puestos de trabajo le ha costado al Estado menos de 10.000 fibras. Mucho más barato que financiar un año de subsidio".

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