Tomás Marco, la intuición como estilo
El trío Ars Nova, que actuó el martes en el Ciclo de Cámara de la Orquesta Nacional, está formado por excelentes instrumentistas, capaces de dar a la música de cámara su gran valor de síntesis expresiva: el flautista canadiense Robert Aitken, el violinista español (que tantos años trabajara en Canadá) Víctor Martín y el viola británico, también ligado a Canadá, Steven Dann tocaron con perfecta transparencia y muy seno concepto una atractiva serenata (opus 141 A), de Max Reger y otra (opus 25) de Beethoven.Entre una y otra, dos novedades: el trío del húngaro Endre Sztervansky (1911-1977) y el del madrileño Tomás Marco (1942). El primero representa un nacionalismo rezagado que, aunque date de 1951, parece antecedente de Bartok. Suele suceder en las escuelas nacionalistas de modo muy visible: los continuadores parecen antecesores. No haría falta salir de España para comprobar la realidad de este principio. Szervansky, en cualquier caso, parece afiliarse al nacionalismo más directo de Ktodaly que al trascendente de su amigo y colaborador Bela Bartok.
La sugerenda sonora
La intuición como estilo, así podría definirse a Tomás Marco. En otros compositores el estilo está hecho por la reaparición a modo de constantes de ciertas formula ciones técnicas. En el caso de Marco todo lo decide la intuición, de la que la realización es total su bordinada. Creo que esa intuición funciona las más veces excitada por la sugerencia sonora, más aun en obras objetivas, como este Trío concertante número 2, que en otras páginas conectadas con el mundo, de la cultura o la perfección psicoacústica, tan ensayados por el compositor.Dadas unas flauta, un violín y una viola, la imaginación de Marco se puso en funcionamiento para coordinar y enaltecer las naturalezas sonoras, individuales y concertadas de los tres instrumentos a través de un proceso evolutivo que va de lo más simple a lo relativamente complejo, para remansarse luego. Esquema muy conectado con la tradición, de la que difiere, sin embargo, la dialéctica tensa y perseguidora de situaciones límites como en el cuarteto Aura, primer ejemplo de la actitud.
El trío concertante, escrito por encargo del ayuntamiento de Belgrado para conmemorar el aniversario de la liberación de la ciudad, fue dado en primera audición mundial, en la capital yugoslava, el pasado octubre y obtuvo tanto éxito como el alcanzado ahora en Madrid". Está reciente el trío número 1 para piano, violín y violonchelo, escrito por Tomás Marco para Federico Mompou y dado a conocer en el homenaje rendido en Alcalá de Henares al gran compo sitor catalán.
Resulta demostrativo de la flexibilidad de Tomás Marco comparar una y otra obra. Si en el segundo trío la valoración de lo sonoro en sus propios valores funciona de manera determinante, en el dedicado a Federico Momppu, sobre lo sonoro se alza la sombra sutil del destinatario y de su obra: el mundo mágico de Mompou.
Babelia
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