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Una huelga general indefinida acentúa la crisis en Bolivia

La huelga general indefinida que, convocada por la Central Obrera Boliviana (COB), se inició ayer en todo el país ha acentuado la crisis política que abate a Bolivia y que, según los observadores, pone en peligro no sólo la estabilidad del Gobierno de Hernán Siles Zuazo, sino también la continuidad del proceso democrático iniciado en octubre de 1982.La COB decidió el paro general indefinido para presionar al Gobierno con objeto de que adopte medidas económicas urgentes, de carácter popular, que hagan frente a la crítica situación, pese a las advertencias de la Iglesia católica sobre los peligros que se ciernen sobre el Estado de derecho.

La drástica determinación de la COB se produce tras la virtual ruptura de toda posibilidad de diálogo con el Gobierno, que ha desestimado los planteamientos económicos de la central sindical.

Los propios dirigentes de la COB reconocieron en su reunión plenaria que existen- informaciones sobre la actividad de grupos subversivos de derecha, junto a sectores de militares duros, que pretenden en truncar nuevamente la democracia en Bolivia.

El secretario general de la COB, Juan Lechín Oquendo, ha expresado su convencimiento de que "con huelga o sin ella puede producirse el golpe de Estado, por la incapacidad gubernamental para encarar los problemas".

En un desesperado intento por disuadir a los sindicatos para que no declaren la huelga general indefinida, el arzobispo de La Paz, monseñor Jorge Manrique, exhortó sin éxito a los responsables de la dirección de la COB a evaluar las consecuencias que puede tener semejante medida de presión.

La COB ya había declarado la pasada semana una huelga general de 48 horas contra el Gobierno, en espera de que las autoridades respondieran a sus planteamientos económicos, que incluían peticiones de subidas salariales, mejor abastecimiento de alimentos, control de precios de los artículos de primera necesidad, etc.

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El Gobierno respondió que aún estudiaba medidas correctoras de la economía que "serán promulgadas los próximos días", aunque descartó que se concreten mientras dure la huelga. La oposición política, por su parte, ya ha planteado la necesidad de que se convoquen nuevas elecciones para mayo de 1985.

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