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El nuevo primer ministro hereda una economía estabilizada

ENVIADO ESPECIALRajiv Gandhi, primer ministro de la India y flamante presidente del Partido del Congreso (I), en el Gobierno, hereda de su madre, la asesinada Indira Gandhi, una situación económica relativamente saneada y podrá dedicarse en un futuro inmediato a los muy serios problemas políticos de la India. Esta es al menos la opinión de los hombres que manejan desde Bombay las finanzas de este gigantesco país.

El temor a un golpe militar, según las mismas fuentes, está prácticamente descartado. En palabras de uno de los interlocutores de este periódico, 'India no ha estado tan segura ni tan estable económicamente desde la partición (15 de agosto de l947)".

Bombay, una ciudad pesquera no hace tanto tiempo, se ha convertido en la capital económica de la India. Abierta al mar Arábigo y con ocho millones de habitantes, esta secularizada y sofocante Babel, puerta de todos los negocios y escenario de todos los contrastes, es casi la enfebrecida contrafigura de la capital de la India, la sesteante Nueva Delhi.

Los empresarios, como es su obligación, se quejan de la disminución de sus beneficios en el ejercicio que ahora termina y aseguran que no obtendrán más en 1985. Pero las grandes corporaciones indias, y casi todas tienen su sede aquí, siguen invirtiendo: hasta un 30% en planes de expansión y casi un 20% en modernización de utillaje y procedimientos.

"La comunidad financiera internacional ha reafirmado su confianza en la capacidad india para manejar la situación económica. Las vacilaciones que siguieron al asesinato de Indira Gandhi se han desvanecido", señala el doctor Ganguly, presidente de la poderosa Cámara de Comercio e Industria de Bombay.

El cauto mundo del dinero se siente cómodo, además, con el primer ministro Rajiv Gandhi, de 40 años, porque "representa una generación que sintoniza con las realidades del país", en opinión de un alto tecnócrata.

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Frente al quietismo de los despachos de Nueva Delhi, los ejecutivos de Bombay presionan por la apertura económica y la flexibilización de los controles gubemamentales en materia financiera. Lo que se quiere, sencillamente, es que se incremente y potencie la importación de moderna tecnología occidental.

Rajiv Gandhi, en cuya boca se pone la frase de que los indios quieren más aeropuertos y menos queroseno, es visto desde Bombay como un hombre interesado en abrir rápidamente la espita de las transformaciones económicas. El interrogante que se plantean los capitanes de la industria india es cómo el hijo de Indira Gandhi elegirá a sus asesores económicos si gana las elecciones.

La banca segura

La gran banca internacional se siente segura en la India. En 1969 había 12 bancos extranjeros. En 1980 eran 17, y otros 10 más están pendientes de la correspondiente licencia de apertura. Las explicaciones son al menos tres: la reputación del país como buen pagador, la esperanza de una explosión consumista y de expansión del mercado (más de 730 millones de habitantes) y los pingües beneficios que las multinacionales del dinero obtienen en la India. En palabras del representante en Bombay de un gran banco norteamericano, "mientras nuestros márgenes en Occidente se mueven en torno al 8% o el 10%, aquí podemos obtener hasta 10 veces esos beneficios".En un país donde la situación económica puede verse radicalmente afectada por la dimensión de las cosechas, el hijo de la primera ministra asesinada hereda un granero autosuficiente, con unas reservas de cereales cifradas en 22 millones de toneladas.

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