Thatcher amenaza a los mineros con endurecer la legislación de orden público
La primera ministra británica, Margaret Thatcher, ha amenazado con endurecer la actual legislación de orden público si continúa la violencia en las zonas mineras, donde se han registrado los enfrentamientos más graves entre piquetes y policías ocurridos en el país desde la huelga general de 1926. La violencia, de un nivel inusitado, se ha recrudecido desde el lunes como consecuencia de un incremento en el número de huelguistas que han decidido volver al trabajo para poder acogerse a los beneficios prometidos por la National Coal Board (empresa nacional del carbón).
En un intento de romper una huelga que dura ya 36 semanas la empresa nacionalizada se ha comprometido a abonar un plus de 658 libras (unas 143.000 pesetas) a cada trabajador que se reincorpore a su puesto cuatro semanas antes de la Navidad. El plazo para acogerse a esta prima termina el próximo lunes, por lo que el nivel de vuelta al trabajo que se registre esta semana será un termómetro clave para medir la futura incidencia de la huelga.La oferta de la National Coal Board ha sido calificada por el presidente del sindicato minero, Arthur Scargill, como "un intento de soborno" a los huelguistas. Scargill ha declarado que llevará a la empresa del carbón a los tribunales, ya que la cantidad ofrecida no supone ninguna gratificación especial, sino algo a lo que todos los mineros tienen derecho, ya que la mayoría de la prima está compuesta por el reglamentario plus de vacaciones.
La pasada semana, 2.000 mineros volvieron al trabajo, mientras que sólo en los dos primeros días del actual lo han hecho cerca de 3.000. Sin embargo, a pesar de estas reincorporaciones, el número de mineros que han regresado a las minas asciende a 56.000 de una fuerza laboral total estimada entre los 170.000 y los 180.000 hombres.
La violencia se ha registrado principalmente en el condado de Yorkshire, patria chica de Scargill, y una de las zonas donde la huelga era hasta ahora prácticamente total. La presentación de unos pocos mineros en algunos pozos -sólo el 1,1% de los 53.000 mineros de Yorkshife estaba trabajando ayer- provocó los más graves enfrentamientos que se recuerdan en este país entre los piquetes y las numerosas fuerzas de policía que protegían a los mineros que pretendían incorporarse a sus puestos de trabajo.
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