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Más de 150 'etarras' han legalizado su situación durante los dos últimos años

A lo largo de estos dos últimos años, más de 150 antiguos activistas de ETA, que permanecían encarcelados en prisiones españolas o refugiados en Francia, han legalizado su situación ante la justicia y regresado a sus casas en el marco del acuerdo negociado entre el diputado de Euskadiko Ezkerra Juan María Bandrés y el Gobierno.

A su regreso, los etarras no han sido precisamente aclamados por las bases más radicalizadas de la izquierda rupturista vasca, ni han recibido en sus pueblos el "homenaje popular" reservado a los gudaris, con el que siempre han soñado los miembros de ETA. Han vuelto como ciudadanos normales, discretamente, evitando en la mayoría de los casos la publicidad, entre el entusiasmo de sus familiares y amigos y con el apoyo expreso de Euskadiko Ezkerra.Algunos han encontrado en sus localidades de origen las paredes embadurnadas con insultos, como "traidor" y "arrepentido", pero a cambio del rechazo de los sectores más intransigentes, han recibido de la gran mayoría del pueblo vasco y la casi -totalidad de las organizaciones políticas, una bienvenida sincera.

Del grupo inicial de ETA Político Militar VII Asamblea, que se autodisolvió en septiembre de 1982, como culminación de un largo proceso de debate acerca del papel de la lucha armada y del análisis de la situación política vasca, únicamente faltan por volver seis antiguos activistas; entre ellos, uno de los máximos dirigentes de ETApm, Joseba Aulestia, Zotza.

Varias decenas más de antiguos miembros de ETApm que en la escisión entre séptimos y octavos se alinearon inicialmente con este último grupo, miembros de los comandos autónomos, y varios milis, se encuentran a la espera de normalizar su situación. La vía abierta por los dirigentes de Euskadiko Ezkerra y continuada por el senador nacionalista, Joseba Azcárraga, beneficiará finalmente a casi 200 antiguos miembros de ETA.

El 80% de los que han regresado ha encontrado trabajo, a veces en sus antiguas empresas, casi todos se muestran dispuestos a participar en la vida política, y hasta el momento ninguno ha sido detenido por hechos delictivos ni molestado por la Policía a causa de sus anteriores actividades.

Iñaki Alberdí, guipuzcoano, de 28 años, antiguo activista de ETApm, que cruzó la frontera el pasado lunes y al día siguiente obtuvo la libertad condicionada en la Audiencia Nacional, manifestó: "Cuando decidimos disolvernos como organización armada, muchos de nosotros nos hicimos a la idea de que no podríamos volver legalmente a Euskadi sur hasta pasados cinco años. Luego ocurrió.que el proceso de excarcelaciones y de vuelta de exiliados se aceleró muchísimo y nos hicimos ilusiones sin contar con los problemas técnicos y jurídicos. Ha sido duro también porque algunos refugiados de los milis, no todos, y también de los octavos, se han ido mostrando más agresivos en la medida en que nuestro grupo iba disminuyendo. Hemos tenido peleas a puñetazo limpio, y al final, optas por no frecuentar determinados bares, porque sabes que, si entras en ellos, vas a tener que pelearte".

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