Concluye el conflicto en la caja de la Diputación de Barcelona

La crisis abierta el 18 de septiembre en el consejo de administración de la Caixa de Catalunya -fundada por la Diputación de Barcelona- concluyó ayer, mediante la solución pactada de la que este diario informó en su edición de ayer. La esencia del pacto estriba en que la diputación mantiene la presidencia de la caja; se pacta el nuevo presidente, en la persona del catedrático de Economía de la Empresa y rector de la Universidad Autónoma de Barcelona, Antoni Serra Ramoneda, y se otorga la vicepresidencia primera a los representantes de los impositores.

Con esta solución, la diputación -de mayoría socialista- cubre su principal objetivo, mantener la presidencia, y el Departamento de Economía y Finanzas de la Generalitat coadyuva en una solución pactada, evitando el pudrimiento de un problema de ya largo desarrollo.

El nuevo artículo 64

Para dar forma a esta solución, anoche se reformó el artículo 64 de los estatutos, cuya cláusula segunda mantiene la situación anterior de la presidencia: "El cargo de presidente recaerá en un vocal designado por la corporación fundadora". La asamblea aprobó el nuevo artículo por 115 votos a favor, cinco abstenciones y dos votos en contra.La cláusula cuarta del nuevo artículo 64 indica que "el cargo de vicepresidente recaerá en uno de los vocales representantes de los impositores y el de vicepresidente segundo podrá recaer en cualquier vocal del consejo".

El nuevo artículo 64 indica también que corresponde al presidente convocar al consejo, y que, en caso de no hacerlo "en el plazo de ocho días después de ser requerido" por un número suficiente de vocales, "los requirentes podrán hacerlo directamente mediante convocatoria conjunta, que producirá plenitud de efectos jurídicos". Con ello se elimina una de las preocupaciones de algunos consejeros del llamado bloque conservador, que temían la falta de convocatoria. La cláusula sexta del citado artículo determina que "en caso de vacante de la presidencia por cualquier causa, el consejo deberá proveer necesariamente el cargo en el plazo máximo de dos meses", lo que solventa la anterior posibilidad de una vacante permanente y constituye una garantía adicional para la diputación.

El nuevo presidente, Antoni Serra Ramoneda, fue nombrado en la mañana de ayer, mediante decreto del presidente de la diputación, vocal del consejo de administración de la caja. Previamente, el vicepresidente primero, Santiago Marimón, presentó su renuncia al cargo, para crear una vacante que facilitase la solución negociada, siendo inmediatamente nombrado consejero-miembro de la asamblea general. El anterior presidente, Josep Lluís Sureda, continúa como miembro del consejo.

El nombre de Serra Ramoneda surgió y fue pactado en una conversación mantenida entre el conseller de Economía y Finanzas de la Generalitat, Josep Maria Cullell, y el presidente de la diputación, Antoni Dalmau. A raíz del pacto, fue aceptado como futuro presidente por el bloque de los representantes de los impositores y nombrado por unanimidad en el consejo celebrado después de la asamblea general. Cullell ha desempeñado en los últimos días un papel básico para que fraguase el pacto, junto con Dalmau, particularmente ante las reticencias de algunos de los consejeros del llamado bloque conservador. Los nuevos vicepresidentes son Valentí Garrigasait y Jaume Pés, del grupo de los impositores.

Serra Ramoneda reúne diversas características adecuadas para el cargo: independiente políticamente, mantiene buenas relaciones tanto con las instituciones gobernadas por socialistas (Ayuntamiento y Diputación de Barcelona) como con la Generalitat; catedrático de Economía de la Empresa, conoce a fondo el mundo de las cajas, pues hasta ahora era miembro del consejo de administración de la Caja de Pensiones (La Caixa); al mismo tiempo, es amigo personal de Sureda, anterior presidente.