Resurge el viejo debate entre poesía social y creación estética
El viejo debate entre poesía social frente a la creación puramente estética centró la atención de asistentes y participantes en la mesa redonda que, bajo el título de Los caminos actuales de la poesía, se celebró el pasado jueves, dentro del programa de las jornadas dedicadas a la España cultural de hoy, organizadas por el Instituto Francés de Madrid. Los participantes en la mesa fueron Rafael Alberti, Aurora de Albornoz, Fina de Calderón, Gabriel Celaya, Luis García Montero, José Hierro y Luis Antonio de Villena.
El moderador del encuentro previsto en el programa era Juan Juristo, pero este trabajo terminó siendo inevitablemente desempeñado por Amparitxu, la mujer de Gabriel Celaya, quien desde la primera fila, y a voz en grito, tomó las riendas del debate.La lectura bilingüe, hecha por Fina de Calderón, de un poema de cada uno de los participantes comenzó a despertar un cierto aburrimiento entre los asistentes, que atiborraban el local del Instituto Francés. El sopor terminó cuando el poeta Luis Antonio de Villena, integrante del llamado grupo de los novisimos, dijo que esta escuela suponía el cultivo de una estética epatante, movida exclusivamente por la intención de hacer poesía, sin pretensiones moralistas o búsquedas en la tradición. "Del grupo inicial quedamos tres o cuatro, los que fuimos capaces de hacer una poesía de mayor calidad".
Rafael Alberti puntualizó a Villena que "todos tenemos un origen, y eso pesa en nuestra obra". Para ilustrar la presencia inevitable de la tradición en toda obra, contó que él y Lorca acudieron a los viejísimos cancioneros andaluces, "breves e ingeniosas gotas de saber". Añadió que la generación del 27 fue "una generación ejemplar, muy marcada porque tuvo que vivir unos momentos terribles, y esa realidad fue reflejada en su poesía".
Gabriel Celaya fue más directo que Alberti y se dirigió directamente a Villena y a la tendencia creativa que, en la mesa, representaba. "La diferencia entre los poetas sociales y los Villenas consiste en que nosotros sabíamos lo que queríamos y vosotros andáis desunidos, sin saber a dónde vais. Lo malo es que escribís bien, pero sólo para vosotros. No tenéis sentido colectivo ni social, y por eso los poetas de ahora sois un fracaso. Te lo digo para que te corrijas".
'Filípica'
Luis Antonio de Villena agradeció la "bonita filípica; bonita por lo de la estética", e insistió en defender esta estética, recordando las injusticias cometidas con Manuel Machado, "de quien también hay que recordar que, a finales de los sesenta, si mencionabas su nombre en la Universidad te cosían a pedradas".García Montero, poeta granadino de 26 años, intervino entonces para ponerse al lado de Rafael Alberti, Hierro y Celaya. "La relación entre la historia y la poesía no la determinan los poetas, porque la historia nos marca a todos. Nadie es ajeno a su tiempo ni a lo que los demás viven alrededor de uno".
Al final, más consejos de Celaya a Villena y un largo monólogo de éste sobre la importancia de la individualidad: un discurso repleto de boutades, con las que Luis Antonio de Villena dijo querer animar el debate y querer "jugar a las novedades. Una forma como otra cualquiera de perder el tiempo".
Babelia
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