Tumultos en el Ayuntamiento de Palencia por no permitir el alcalde formular preguntas
La negativa, el pasado miércoles, del alcalde de Palencia a admitir un turno de ruegos y preguntas, aduciendo que no habían sido previamente formuladas por escrito, fue replicada por los 13 concejales de la oposición (10 socialistas, 2 independientes y 1 comunista) con la decisión de permanecer en la sala hasta que aquél reconsiderase su actitud. La posterior irrupción de la Policía Municipal, por orden del alcalde, para desalojar al público y a los concejales originó insultos y forcejeos entre ediles de la oposición y agentes.
Tras una sesión plenaria donde numerosos proyectos tuvieron que quedar sobre la mesa al no contar con el respaldo de los concejales socialistas, comunista e independientes, que son mayoría, y que aducían imposibilidad de llevarlos adelante por estar los presupuestos de este año anulados por una resolución del Tribunal Económico Administrativo, se llegó al turno de ruegos y preguntas. El alcalde, el conservador Francisco Jambrina, que fue elegido como independiente en las listas de Coalición Popular, levantó la sesión porque consideraba que no se había planteado ningún ruego o pregunta por escrito antes de comenzar el pleno.La oposición decidió permanecer en sus asientos y requirió al alcalde para que continuara el pleno. Ante la negativa de éste, el portavoz socialista, Miguel Valcuende, calificó de "alcaldada" esta postura, mientras otros concejales de la izquierda, de forma airada, afirmaban que tenían presentadas más de 10 mociones sin que se hubiera contestado a ninguna de ellas.
El jefe de la Policía Municipal entró en ese momento en el salón de plenos, instando a todos los presentes a abandonar el Ayuntamiento por orden del alcalde, aunque posteriormente rectificara y aclarase que solamente se refería al público y no a los concejales. Fue entonces cuando varios corporativos se dirigieron hacia la puerta de salida con intención de que permaneciera cerrada, produciéndose un forcejeo entre policías municipales, que pretendían abrir la puerta, y ediles socialistas, que pretendían lo contrario. En medio de una confusión total, uno de estos concejales, Jaime Herreros, acusó a un policía municipal de haberle empujado. Posteriormente el jefe de este cuerpo explicaría que el agente no había reconocido al concejal.
Pero los insultos subieron de tono cuando un capitular del Grupo Popular, José Ramón Andrés, se acercó hacia los asientos de la oposición para dialogar con ellos. Entre gritos, el socialista Ángel Donis le dijo frases como "márchate y no vengas aquí a provocar", así como "no habléis con él" y "mafioso de las narices". El edil conservador respondió llamándole "chulo", mientras eran separados los dos increpantes por compañeros de la corporación.
El alcalde entró en el salón de plenos y respondió a las acusaciones que le hacían varios concejales argumentando que la ley estaba de su parte, y "si no se han presentado ruegos y preguntas por escrito, no hay lugar a intervenciones"
También recalcó que "si tenéis objeciones sobre la decisión que he tomado, estáis en el derecho de recurrír". Antonio Herreros, repre sentante comunista, calificó de "falacia" la decisión del alcalde, acusándole en público de que "no se puede salir a lo medíos de comunicación diciendo que hay voluntad de negociar con todos la crisis municipal, cuando ocurren cosas tan graves como ésta".
Tras estos incidentes el alcalde convocó una conferencia de Prensa donde destacó el carácter antidemocrático de los concejales de la oposición, asegurando que "tengo la conciencia tranquila". También ratificó su postura de dialogar y de continuar en la línea seguida hasta la fecha. Los 13 concejales de la oposición decidieron sentarse en sus escaños y organizar un pleno paralelo para continuar con el turno de ruegos y preguntas y explicar, ante una treintena de ciudadanos, las mociones que tenían presentadas y que no habían recibido respuesta por parte de la alcaldía.
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