Autores y directores reclaman estabilidad para garantizar el teatro

La estabilidad -aplicada a compañías, locales o materias- se plantea como la única garantía para el futuro del teatro, según afirmó la mayor parte de los participantes en una mesa redonda que, bajo el título de El teatro español hoy, reunió a Lluís Pasqual, director del Centro Dramático Nacional; Miguel Narros, director del Teatro Español; Manuel Canseco, director de escena, y los autores Fermín Cabal y Álvaro del Amo. Este acto, celebrado el miércoles, forma parte de las jornadas sobre la España cultural de hoy, organizadas por el Instituto Francés.Los participantes en el coloquio revisaron, en líneas generales, los problemas que, a su juicio, afectan al teatro español: falta de público, dificultades de estreno de obras de nuevos autores, formación de actores y funciones de la crítica.

Frente a la defensa de los teatros nacionales como modelo de estabilidad, defendida por Miguel Narros y Lluís Pasqual, el autor Fermín Cabal señaló que la mayor dificultad de los teatros comerciales está en la falta de público (aseguró que "a los teatros sólo va la gente de más de 45 años, mientras que los de menos de esta edad llenan los cines"), y añadió que las ayudas económicas oficiales van a parar, en un 90%, a los centros dependientes del Estado.

Respecto a los problemas de los nuevos autores para dar a conocer sus obras, el escritor Álvaro del Am/ empezó afirmando que los autores que escriben solamente teatro están en extinción, ya que "los problemas para estrenar son muchos y los autores lo tienen cada vez más difícil".

El papel de la crítica puso a casi toda la mesa de acuerdo. Lluís Pasqual centró sus opiniones en la forma y contenido de la crítica teatral de EL PAÍS, para asegurar que su situación en el periódico no es "intencionadamente inadecuada y desinformativa" y que el responsable de la misma "hace cartas subliminales dirigidas a quienes hacemos el espectáculo". El director Miguel Narros llegó a afirmar que "nadie tiene derecho a criticar mi trabajo". El autor Fermín Cabal tuvo una intervención diferente a la de sus compañeros de mesa, para afirmar que "si la crítica está mal hecha puede que sea porque el teatro que hacemos es muy malo. Creo que hay que asumir que no se puede gustar a todo el mundo, y considero absurdo negar que la crítica carezca de repercusión en el público".