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El sandinismo, ante las urnas

Los líderes sandinistas se sienten dolidos por la ausencia de observadores del PSOE

Soledad Gallego-Díaz

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) no ha enviado ninguna representación a las elecciones nicaragüenses, lo que ha sorprendido no sólo a los dirigentes sandinistas, sino también a los partidos socialistas europeos que sí estuvieron presentes ayer en Managua. La explicación oficial es que el PSOE se siente representado por la delegación de la Internacional Socialista (IS), pero su ausencia se deja sentir y duele porque otros partidos, como el austriaco, el sueco, el irlandés o el francés, no han seguido este criterio, sino que han enviado además sus propias delegaciones.

El comandante Bayardo Arce, miembro de la Junta de Gobierno nicaragüense, se limitó a decir que "las relaciones con el PSOE siguen siendo cálidamente amistosas de nuestra parte. Si ha habido un enfriamiento, es un fenómeno unilateral por su lado". El propio Daniel Ortega, candidato presidencia¡ del Frente, afirmó escuetamente que "el Gobierno español tiene derecho a mantener su propia visión del problema centroamericano".En privado, sin embargo, los sandinistas se sienten sorprendidos y dolidos. La Junta de Gobierno ha hecho un gran esfuerzo por romper el aislamiento internacional promovido por Estados Unidos con vistas a estas elecciones y necesita la presencia de observadores neutrales que testimonien la limpieza del proceso. La ausencia de los socialistas españoles, coincidiendo con el recrudecimiento de las presiones norteamericanas, ha sentado como un jarro de agua fría.

El PSOE mantenía hasta ahora una actitud más próxima a la de sus colegas del norte de Europa, que apoyan el proceso nicaragüense, que a la de los socialistas portugueses o italianos, que se han mostrado reticentes. El hecho de que el PSOE no haya enviado una delegación se puede interpretar en Managua como un alineamiento de los socialistas españoles con el sector menos simpatizante de la Internacional Socialista.

Los sandinistas recuerdan que el presidente del Gobierno español, Felipe González, afirmó el pasado mes de enero, en Caracas, que estaba seguro de que las elecciones nicaragüenses serían limpias y de que el Frente ganada por abrumadora mayoría y se preguntan qué ha cambiado.

Para ellos, el viraje del PSOE no tiene más explicación objetiva que las presiones norteamericanas y el cambio de actitud del ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez, a quien Felipe González, suele prestar oídos atentos.

El enfriamiento del PSOE es especialmente doloroso para los sandinistas, que siempre han concedido a España un papel importante a jugar en el proceso centroamericano.

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Desconfianza portuguesa

La ausencia de los portugueses, por ejemplo, no les resulta extraña porque Mario Soares se ha caracterizado por su desconfianza, pero la de los españoles, tanto a nivel de partido como de instituciones, les resulta poco comprensible, sobre todo cuando algunos organismos europeos, como el Parlamento de Estrasburgo, han enviado delegaciones en las que están representadas todas las corrientes políticas (comunistas, socialistas, liberales y democristianos) o cuando el Parlamento italiano ha decidido enviar a la vicepresidenta de la Cámara como observadora.

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