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Gente

Enrique Barón,

ministro de Transportes, Turismo y Comunicaciones, probó un poco de su propia medicina cuando, el pasado miércoles, el avión en el que viajaba a Francfort (República Federal de Alemania) pareció sufrir una avería y, ante la alarma de los viajeros, cayeron automáticamente las máscaras de gas. Como consecuencia, el avión sufrió un considerable retraso y Barón debió aplazar un día, su conexión a Malaisia, donde debía comenzar el jueves una visita oficial. El ministro, que llegó al aeropuerto de Francfort con cara de pocos amigos, habrá encontrado, sin duda, un nuevo motivo que añadir a sus críticas contra el presidente de Iberia. Para colmo, los viajeros que esperaban pacientemente en Francfort el avión procedente de Madrid, entre ellos un diputado socialista, presidente de una comisión del Congreso, y uno de los máximos dirigentes de Alianza Popular, se vieron obligados a pernoctar en la ciudad alemana

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