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Líbano e Israel aceptan dialogar, a partir del lunes, con mediación de la ONU

Líbano e Israel han acordado iniciar el lunes nuevas negociaciones, auspiciadas por las Naciones Unidas, sobre la retirada del Ejército israelí del sur del territorio libanés, que ocupa desde hace dos años, según anunció ayer de madrugada un portavoz del secretario general de la ONU y confirmaron fuentes oficiales en Beirut y Tel Aviv.Las conversaciones se celebrarán en Nakura, localidad meridional libanesa sede del cuartel general de la Fuerza Intermediaria de las Naciones Unidas en Líbano (FINUL), y las dos delegaciones negociadoras estarán exclusivamente compuestas por militares que sólo discutirán los aspectos técnicos de la retirada israelí.

En mayo de 1983, Beirut y Tel Aviv llegaron, bajo el patrocinio de EE UU, a un primer acuerdo político-militar que, además de estipular las modalidades del repliegue israelí, preveía una normalización parcial de las relaciones entre las dos capitales. Siria, que con su ejército controla un tercio de Líbano, consideró que aquel tratado constituía una amenaza para su seguridad y consiguió que el presidente libanés, Amín Gemayel, lo denunciase 10 meses después de su conclusión.

Siria aprueba

Las nuevas conversaciones que se iniciarán dentro de tres días gozan, en cambio, de la aprobación del régimen sirio, principal enemigo de Israel y aliado de la URSS en Oriente Próximo, cuyo vicepresidente, Abdel Halim Jadam, viajó ayer hasta los suburbios de Beirut, donde confirmó su luz verde al Gobierno libanés. El número dos sirio intentó aquí, según fuentes diplomáticas, lograr primero un consenso entre libaneses sobre las fuerzas que sustituirán a los israelíes cuando abandonen el Sur.

El jefe de la milicia drusa, Walid Jumblat, que domina la región montañosa entre la capital y Líbano meridional, se opone a que el ejército regular transite por su feudo para relevar a los iraelíes, y se niega incluso a que controle permanentemente la carretera de la costa que enlaza a Beirut con el Sur. El acuerdo para la apertura de negociaciones parece ser un compromiso entre la parte libanesa, que se negaba a celebrar conversaciones directas a menos que se desarrollasen en el marco de la comisión del armisticio bilateral firmado en 1949, y la israelí, que deseaba mantener un diálogo cara a cara, olvidándose de aquel acuerdo firmado hace 35 años y que Tel Aviv denunció hace 15.

A juzgar por las indiscreciones de su Prensa y las declaraciones de sus dirigentes, Israel pretende retirarse por etapas de Líbano, sin que las tropas sirias aprovechen para avanzar y se encarguen, junto con los drusos, de impedir las infiltraciones de fedayin palestinos. Entre los ríos Awali y Litani, el Gobierno de Simón Peres desea que se despliegue la FINUL, y más al Sur, la franja a lo largo de la frontera con Israel quedaría en manos de la milicia cristiana proisraelí, conocida con el nombre de Ejército del Sur de Líbano. Beirut rechaza categóricamente este último punto, por entender que equivale a renunciar a su soberanía sobre una porción del territorio que controlarían unos mercenarios del Estado de Israel.

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