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OCTAVA JORNADA DE LA LIGA DE BALONCETO EN PRIMERA DIVISIÓN

El Real Madrid no encontró rival en la cancha

Luis Gómez

Le crecen canas por momentos y se le pierde la vista en la cancha. Tomás González, técnico del Cajamadrid, medita a solas sus problemas, pero parece que ha llegado al límite de su credulidad. A veces dio la sensación de que volvía en sí, pero a una no realidad, y aplaudía a sus jugadores; los animaba. ¡Qué importa que el marcador señalara 40 tantos de diferencia!. Tomás González hacía sus apuntes existencialistas.Fue un partido que no fue. Se jugaban dos puntos que no se jugaron. Lo lógico hubiera sido que Tomás González hubiera abandonado el banquillo, solicitado pronta eutanasia para esta primera fase. También que Phillips, el único americano en activo de momento porque puede pasar al banquillo por sanción en la próxima jornada, hubiera pedido un traduotor para entender lo que pasaba, que parece que no lo entendía. Y, muy posiblemente, Joe Llorente tenia que haber arrojado el balón fuera del pabellón. Total, que a falta de cuatro minutos para el descanso, 53-23 en el marcador.

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La zona que puso el Cajamadrid tuvo una eficacia directamente proporcional al tiempo que Jackson necesitó para encontrar acomodo en sus disparos. Y fue bien poco. El Real Madrid había descubierto malévolamente sus armas antes del encuentro al presentar un banquillo con Romay y Rullán en ropa de calle y tres juveniles con chándal y dispuestos al estreno. No salieron, pero la verdad es que hubieran podido actuar. El Cajamadrid, por jugar a no jugar, llegó a mostrar división en sus filas, por un lado los que conflan en sus recursos (Llorente y Phillips); por el otro, los que no saben qué hacer en las circunstancias que atraviesa la plantilla (el resto). Todos terminaron por libre, y el público se dedicó a ovacionar un par de jugadas consecutivas de Corbalán e Iturriaga, de bella factura.

Tomás González deberá esperar que los tiempos le sean propicios. Es el destino el que ha puesto al Cajamadrid de colista, porque no cabe buscar razones técnicas en esa situación. No es un fracaso, sino una coyuntura adversa. Cuando pase, y el equipo se recomponga, podremos empezar a ver lo que da de si este año. Entretanto, el Cajamadrid no existe.

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