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Una hermosa planta vulgar

Las cintas, sin ser exigentes, dan calor y vida a los rincones inhóspitos

En muchas ocasiones son las plantas más modestas las que proporcionan mayores satisfacciones al jardinero: casi sin cuidados se pueden obtener resultados muy espectaculares.Es el caso de las llamadas cintas, cuyo género botánico responde al nombre de Chlorophytum. Pese a que sea una planta vulgar en muchos interiores, la verdad es que el género comprende 215 especies, aunque sólo una de ellas es verdaderamente cultivada: Ch. comosum; de ella, la variedad variegatum, con hojas matizadas de color crema, es la más conocida.

Una planta como ésta requiere bien poco, pero tampoco hay que olvidar cuáles son sus necesidades básicas. Es aconsejable utilizar una mezcla o compost adecuada para las plantas de interior; es preferible que la mezcla sea algo suelta (que lleve más arena) para que el agua pueda circular libremente por ella sin perjudicar las raíces con encharcamientos. Eso significa que habrá que regar un poco más para que la tierra nunca quede seca, especialmente en primavera y verano; otoño e invierno son, lógicamente, las estaciones en las que la planta debe estar menos húmeda.

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CÓMO OBTENER NUEVAS PLANTAS

Las cintas pueden soportar temperaturas relativamente bajas en los interiores, temperaturas que no son habituales en viviendas, pero sí en portales e incluso en oficinas: hasta los 10º C. Naturalmente, ésta no es la temperatura deseable para que se desarrolle bien: hay que procurar mantenerla en unos 15º como mínimo en invierno; la propia planta se adapta bien a las sofocantes temperaturas veraniegas, aunque agradece estar al aire libre, fuera del sol directo, en un lugar bien aireado y algo húmedo.

En cuanto a la luz, las cintas pueden cultivarse en lugare; de luminosidad normal, cerca de una ventana; incluso soportan sitios algo oscuros; siempre y cuando esta situación se mar tenga sólo durante el invierno y en verano puedan recibir una ilaminación más fuerte. Lo habitual en estos casos es que las cintas adopten un color más verde y menos matizado de crema para aprovechar al máximo la iluminación disponible.

Suele suceder que las plantas se ennegrecen o muestra manchas marrones en las puntas de las hojas: normalmente se debe a falta de abonado e, incluso, a falta de repicado a tiestos mayores según va creciendo la planta. Lo ideal es trasplantar una vez al año (en enero o febrero, aurientando el tamaño del tiesto) y, fertilizar con un abono líquido una vez cada 15 días, de mayo a septiembre; el resto del año la planta debe descansar.

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