La dialéctica, cariño, es un arma de los operadores

Los operadores han decidido mantener la sangre fría y bastante despierto el sentido común, por lo que el descenso de jornadas anteriores se vio ayer parcialmente detenido gracias a las pocas ganas de vender, aunque tampoco hubiera demasiadas ansias de comprar.La publicación del índice de precios al consumo correspondiente al mes de septiembre, y que sugiere un balance positivo de la lucha contra la inflación, no han dejado de hacer sentir su influencia beneficiosa, al igual que el resultado de las discusiones parlamentarias sobre el estado de la nación. Pero quizá lo que más haya presionado en este sentido sea la constatación de las intenciones del Gobierno para continuar presionando a la baja los tipos de interés, según quedó demostrado en la última subasta de pagarés del Tesoro.

Pero sobre gustos no hay nada escrito, y menos aún sobre las interpretaciones respecto a los eventos consuetudinarios que acontecen en la plaza de la Lealtad o, puesto en el lenguaje de Juan de Mairena, lo que pasó ayer en la bolsa. Para algunos especialistas, el perfil que ha cerrado la tanda semanal no es nada satisfactorio, ya que se habían depositado ciertas esperanzas en que tuviera lugar un ligero repunte a costa del castigo sufrido en la sesión del jueves. Y ciertamente, la contratación comenzó como queriendo dar la razón a estos optimistas, pero las cosas fueron perdiendo color a medida que transcurrían los corros.

Para la mayoría, por el contrario, el mercado ha sido capaz de mantener un considerable fondo de resistencia, ya que los volúmenes de contratación vienen descendiendo paulatinamente, aunque todavía se encuentran en unos niveles más que discretos -1.480,5 millones de pesetas efectivas el pasado jueves-, mientras que las compras a crédito han sufrido un importante recorte.

Precisamente el hecho de que durante los pasados jueves y viernes tuvieran que ser renovadas estas operaciones ha impulsado notoriamente las ventas, aunque todos los expertos continúan subrayando la incertidumbre que supone el desconocimiento del saldo vivo de los créditos para analizar la evolución bursátil.

Y la marcha de la bolsa, que prosigue con la tendencia neutra por montera, con suaves e imprevisibles subidas y bajadas, depende a corto plazo de la actitud que adopte el dinero, que ahora se encuentra calentando motores para irrumpir en el mercado antes de que finalice el año.

Según casi todos los expertos, estas muelas de sierra, ya que no es previsible que sean tan incisivas como los socorridos dientes, pueden enseñorearse del parqué durante los próximos 10 o 15 días, justo el tiempo necesario para que las compañías eléctricas hayan meditado su estrategia y comiencen a perfilarse las ampliaciones de capital. Estos movimientos deben servir como una especie de despertador para el mercado, aunque es fácil prever las tensiones de signo contrario que pueden sucederse en el transcurso de esta nueva fase.

Mientras tanto, es preferible operar con bastante cautela y seguir las oscilaciones de la bolsa minuto a minuto, ya que la evolución concreta de cada día va a depender de la aparición de algunos chispazos totalmente imprevisibles.