El régimen brasileño cambia por sorpresa las normas para la elección del presidente
"Eso es juego sucio". Con esa afirmación, el candidato opositor a la presidencia, Tancredo Neves, ha reaccionado al inesperado cambio en las reglas del juego electoral brasileño, decidido a última hora de la noche del pasado lunes por la Mesa del Senado, en Brasilia.Rompiendo todos los acuerdos anteriores, la Mesa del Senado, que en su mayoría está integrada por adeptos a la candidatura oficialista de Paulo Salim Maluf, decidió que los delegados de cada uno de los 22 Estados brasileños, que junto a senadores y diputados elegirán al nuevo presidente, sean seleccionados a través de una votación secretá.
De esa manera, los Estados que ya eligieron sus delegados para el colegio electoral tendrán que realizar nuevas elecciones en sus Parlamentos provinciales. Dado que el voto será secreto, aumentan las perspectivas de que los métodos de persuasión del candidato oficialista tengan éxito.
Precisamente para limitar el alcance de esos métodos de persuasión, que incluyen desde regalos hasta créditos personales elevados, la oposición había logrado un acuerdo con el partido oficialista (PDS): cada Estado nombraría a sus delegados de manera libre, es decir, adoptando su propio método de elección. De esa forma, los gobernadores que respaldan al candidato oposicionista tendrían mayores garantías para formar sus delegaciones.
Con el voto secreto, el poder de los Parlamentos provinciales y de los gobernadores queda reducido prácticamente a cero. "El voto, abierto", reaccionó el candidato de la oposición, Tancredo Neves, "es el voto de los dignos. El voto secreto es el voto de los cobardes".
Ofensiva del régimen
El incumplimiento, por parte de la Mesa del Senado, de un acuerdo cerrado días antes, forma parte de la nueva ofensiva sin límites del régimen en favor de su candidato, el oficialista Paulo Salim Maluf, que, hasta ahora, era el perdedor prácticamente indiscutible.Los primeros síntomas de que el régimen encabezado por el general Joao Baptista Figueiredo pasaría a presionar con fuerza total surgieron cuando los presupuestos federales empezaron a ser bloqueados para los Estados cuyos gobernadores respaldan la candidatura oposicionista.
Por lo menos en uno de esos Estados, el Piaui -en el Noreste, considerado el Estado más pobre del país-, la situación se agravó hasta el punto de que faltó dinero para pagar a los funcionarios públicos. "Voy a borrar al Piaui del mapa", amenazó el general Figueiredo, al ser informado de que el gobernador local había decidido respaldar la candidatura oposicionista.
Además de la presión económica, el régimen ha decidido ahora utilizar armas inesperadas. Romper acuerdos parlamentarios sobre el funcionamiento del sistema indirecto de elección del nuevo presidente es una de esas armas-sorpresa. Pero, aun así, el candidato de la oposición, Tancredo Neves, sigue con ventaja. Ha sufrido un golpe duro, desde luego, pero queda por ver qué pasará de aquí a enero. La tendencia es a endurecer cada vez más el juego.
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