El sexo en la escuela

En las páginas dedicadas a crónicas sobre educación escolar, EL PAIS publica, con fecha 9 de octubre de 1984, las experiencias de estímulos sexuales que un grupo de enseñantes están practicando en una escuela de Terrassa. En el artículo se justifican tales experiencias "para combatir el sexismo" que estos niños de origen inmigrante (¿quiere decir de orijen inculto el articulista?) "sufren" en sus casas. La limitación del espacio para Cartas al director no permite un comentario pormenorizado, pero el caso merece, siquiera, unas breves observaciones que, por razones de imparcialidad, espero se publicarán:

1. El problema del sexismo se resuelve en la auténtica concienciación de igual dignidad en el hombre y en la mujer.

2. La obsesión por el sexo es tan perniciosa como el tabú del sexo.

3. La persona humana en su dimensión natural es un producto de la naturaleza: observando ésta comprobamos que el mejor fruto es el que madura por sí mismo y a su tiempo.

4. La higiene, el deporte y también las muñecas propician un clima de sano desarrollo de los niños en general.

5. Es presumible que las primeras víctimas de estas obsesiones por el sexo sean los propios niños-cobayas.

6. Es socialmente inaceptable que unos niños estén a merced de personas que confunden la actividad educativa con la proyección de sus propios problemas.

7. Si las citadas prácticas se estuvieran realizando en una escuela privada, no cabe duda de que habría rasgamientos de vestiduras, investigaciones de las actividades del centro y exaltación, una vez más, de la enseñanza pública.