Astrónomos de Estados Unidos consiguen fotografiar un nuevo sistema solar, en proceso de formación

Astrónomos del Instituto Carnegie norteamericano han conseguido desde el observatorio de Las Campanas, en Chile, la primera fotografía que, en opinión de científicos de Estados Unidos, parece recoger el nacimiento de un nuevo sistema solar como el nuestro. La imagen obtenida por los astrónomos, en la que puede verse un disco de materiales que rodea a Beta Pictoris, una débil estrella que puede observarse desde el hemisferio sur y está situada a 50 años luz de la Tierra, fue lograda utilizando amplificadores electrónicos de luz, y ampliada por medio de un ordenador.

Los astrónomos creen que este descubrimiento corrobora la teoría de que los planetas y los sistemas solares como el nuestro se desarrollaron a partir de este tipo de nubes orbitales en forma de disco de las que puede deducirse el principio de la formación de los planetas.El año pasado, observaciones efectuadas por el satélite astronómico infrarrojo (IRAS) descubrieron al menos cuatro estrellas que parecían rodeadas de este tipo de formaciones, aunque en ninguno de los casos quedaba claro que la materia estuviese concentrada formando un disco. El caso de la estrella Beta Pictoris es la primera evidencia óptica de tal disco.

Según el doctor Bradford A. Smith, de la Universidad de Arizona -uno de los astrónomos que tomó la fotografía-, las observaciones del satélite IRAS durante el año pasado mostraron que Beta Pictoris y otras 60 estrellas aparecían inusualmente brillantes a la luz de los rayos infrarrojos, lo que significaba que estaban rodeadas por algún tipo de material frío que aparere brillante bajo las ondas infrarrojas.

Según el doctor Smith, el pequeño disco reducía en un radio de 100 unidades astronómicas la luz procedente de la estrella y de la región que le rodea. Cada una de esas unidades equivale a la distancia entre la Tierra y el Sol, por lo que el total constituye una región del mismo tamaño que la del sistema solar.

Más allá de este disco se podían observar, a ambos lados de la estrella y a más de 400 unidades astronómicas, dos débiles trazos de luz y un anillo justo en los bordes.

Según el astrónomo, la parte del anillo más cercana a la estrella parece estar constituida por materiales barridos por los nuevos planetas en formación. Beta Pictoris, situada en la constelación Pictor, es 10 veces más brillante que el Sol, y le dobla en masa, pero, al estar a una distancia de 50 años luz, su brillantez le reduce a ser considerada como una estrella de cuarta magnituda la que el ojo humano sólo alcanza a ver muy débilmente.

El disco, que se cree que está formado por objetos que van desde pequeñas partículas hasta cabezas de cometa, es muy delgado y parece haber sido afectado muy poco por la gravedad de los nuevos planetas en formación. Su edad se calcula en no más de unos cuantos cientos de millones de años.

En los estudios sobre otros mundos similares a la Tierra, un problema sin resolver es si los planetas surgen de este tipo de discos regularmente o sólo en' ocasiones extraordinarias. Las observaciones más recientes de envolturas alrededor de estrellas cercanas como Vega. Fomalhaut, HL Taurus y B Monoceros, o el mismo caso de Beta Pictoris, están proporcionando nueva información acerca del origen de nuestro mundo.