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La edad presidendal, un último recurso para la oposición

El asunto de la edad de Ronald Reagan, que tiene 73 años frente a los 56 de su oponente demócrata, Walter Mondale, ha aparecido finalmente en la campaña electoral estadounidense. La cuestión, marginada hasta hace unos días por respeto a la figura del presidente, demuestra que los demócratas, ante la diferencia en los sondeos que les anuncian como virtuales perdedores, van a utilizar todos los resortes para intentar desbancar al inquilino de la Casa Blanca.

"No, no estaba cansado", dijo Reagan a los periodistas, refiriéndose a su pobre actuación en el debate televisado del pasado domingo frente a Mondale. "Lo que ocurrió fue que le abarrotaron la cabeza de datos", puntualizó Paul Laxalt, senador por Nevada y director de la campaña para la reelección de Reagan, criticando a los expertos de la Casa Blanca, que programaron el cerebro de Reagan con cifras y más cifras para replicar a Mondale.

"Señor Presidente, el problema no está en el maquillaje de su rostro, sino en el maquillaje de sus respuestas ante los problemas del país", denunció hace dos días duramente Walter Mondale, ironizando a propósito de los cuidados en el maquillaje que los estrategas de la Casa Blanca dan al presidente. "Si realmente llevara demasiado maquillaje, todavía parecería más joven", contestó Reagan sonriente a los periodistas que le mencionaban el tema.

"La gente quiere a nuestro presidente y la polémica sobre la edad jugará contra los demócratas" comentan, confiados, en la Casa Blanca. Simultáneamente sacan a relucir los partes médicos de Reagan -el último, del pasado 18 de mayo- que le dan como un hombre "mentalmente alerta, robusto y que aparenta menos edad de la que tiene".

En un minucioso balance sobre la salud del presidente distribuido por la Casa Blanca destaca lo ya sabido: Reagan tiene problemas auditivos en su oído derecho -lleva un minúsculo aparato para sordos- y, desde hace muchos años, utiliza lentillas por ser corto de vista. En mayo último le extirparon un pólipo benigno del colon. Su electrocardiograma y su presión sanguínea se consideran normales para un hombre de su edad. Y se hace hincapié en que el presidente se recuperó con extraordinaria rapidez de la herida de bala provocada por el atentado que sufrió el 30 de marzo de 1981.

"Estamos en la buena vía y no descarrilaremos", zanjó Reagan, en plena forma y con expresión de gran optimismo, durante la jornada de ayer en el Estado de Ohio, desde el vagón del mismo tren que popularizó y dio la victoria a Harry Truman en la campaña electoral de 1948. Una época en que, el por entonces realmente joven Ronald Reagan, defendía las tesis del Partido Demócrata, y, según una grabación difundida ahora por los demócratas, atacaba al republicano Thomas Dewey por su programa electoral de recortes en la Administración pública. Algo que, 36 años después, el ya menos joven Ronald Reagan ha aplicado durante su primera Administración y se prepara para hacerlo en una segunda, si gana la elección del 6 de noviembre.

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