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ECOLOGÍA

Polémica en Alemania Occidental ante los proyectos para reducir la contaminación de los coches

El presidente de Gobierno del Estado de Baviera, el socialcristiano Franz Josef Strauss (CSU), quiso comprobar personalmente las consecuencias para el tráfico de la limitación de velocidad en las carreteras y autopistas de la República Federal de Alemania (RFA), una medida pensada para aminorar la contaminación del aire, y cosechó insultos, injurias y gestos de protestas de los automovilistas indignados, que no podían adelantar al coche del político y tenían que aminorar la marcha.

En la República Federal de Alemania está abierta la discusión sobre el método más eficaz para combatir la lluvia ácida, que provo ca la destrucción del bosque. El nivel de daños en los árboles ha alcanzado en la RFA tales dimensiones, que el Gobierno de Bonn acordó ya la introducción de catalizadores en los autos, que necesi tarán gasolina sin plomo, y casti gar fiscalmente a los coches que no lleven el dispositivo que evite las emisiones nocivas de los tubo de escape. La introducción del cataliza dor no se considera suficiente, y una nueva polémica está abierta sobre la conveniencia de limitar a 100 la velocidad máxima en las autopistas, 80 en las carretera y 30 en las ciudades. En opinión de los verdes, partido ecologista y muchos expertos, la reducción de velocidad supone una aporta ción mayor para la pureza del aire que la introducción del catalizador.

La limitación de velocidad afecta a una,de las vacas sagradas de la economía de la RFA: el sector del automóvil. Si sólo se puede circu lar a 100 por hora, ¿quién va a comprar los bólidos que pasan de 200 por hora en las autopistas? Cuando hace años se intentó limi tar la velocidad, surgió un movi miento bajo el lema Ciudadanos libres exigen vía libre, que dio por tie rra con el proyecto.

El espectacular crecimiento de los verdes en las elecciones de los últimos dos años ha despertado un inusitado interés en los políticos de los partidos tradicionales, que temen la pérdida de votos provocada por la nueva conciencia sobre los problemas de la ecología. Algunos políticos, incluso de la coalición de Gobierno, han empezado a considerar la posibilidad de limitar la velocidad en las autopistas, carreteras y calles de Alemania Occidental.

Strauss quiso comprobar lo que ocurriría y ayer expuso su experiencia personal en una crónica publicada en primera página por el sensacionalista Bild, con un gigantesco titular: Strauss probó la limitación a 100 por hora: atascos, le hicieron gestos de estar loco, casi accidentes.

El cronista Strauss explica que yo estaba harto de la charlatanería sobre la limitación de velocidad y quise probar lo que ocurre cuando se va a 30 por hora en la ciudad, a 80 en la carretera y 100 en la autopista". Según Strauss, tan sólo llevaba dos minutos en la calle, cuando ya empezaron a tocar la bocina los impacientes automovilistas que le seguían, luego uno le hizo el gesto del pájaro (llevarse un dedo a la sien con indicación de que le falta un tornillo), que en la RFA se considera como una injuria personal castigada por la justicia. Luego vinieron los que le hacían señales con las luces, para que fuese más deprisa.

El presidente bávaro llega a la conclusión de que "con una limitación a 100 por hora con seguridad se cansa uno tras dos horas y puede incluso llegar a dormirse". Strauss exige en su artículo que se haga inmediatamente una investigación seria sobre el problema y se llegue pronto a una solución.

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