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Falta de acuerdo entre los expertos alemanes sobre los efectos cancerígenos del fórmaldehído

Las investigaciones de los organismos sanitarios de la República Federal de Alemania sobire el formaldehído, producto químico que se utiliza como componente auxiliar y estabilizador en miles de productos de uso doméstico, llegaron a la ambigua conclusión de que la sustancia no puede catalogarse como cancerígena, pero persiste la sospecha de que puede producir cáncer. Las autoridades sanitarias de la República Federal han recomendado no utilizar productos que contengan esta sustancia.

Las tres organizaciones federales ocupadas de investigar sobre los efectos cancerígenos del formaldehído -Salud, Medio Ambiente y Seguridad en el Trabajo- no han conseguido unos datos claros y definidos sobre las consecuencias de esta sustancia. El mismo presidente de la Oficina Federal de la Salud, el catedrático Karl Ueberla, dijo ayer en Berlín Oeste que "el formaldehído queda absuelto, pero no del todo, porque se trata de una absolución por falta de pruebas suficientes". Con este dictamen se evita la calificación del formaldehído como sustancia cancerígena, que habría supuesto prácticamente su prohibición. Pero las autoridades sanitarias de la RFA han impuesto una serie de condiciones restrictivas a su empleo. Recomiendan que se advierta en lo productos con formaldehído que "pueden causar posibles daños irreversibles" y que se limite el empleo de la sustancia en el interior de las viviendas, donde, según recientes estudios, el nivel de contaminación en la RFA es muy alto.

En una conferencia de Prensa, los representantes de las oficinas encargadas del estudio comunicaron que entrarán en contacto con los científicos estadounidenses que llegaron a la conclusión de que el formaldehído provocaba tumores en ratas. Estos experimentos fueron criticados por los científicos de la RFA, que ahora desean clarificar el problema con sus colegas. norteamericanos. Los científicos alemanes occidentales recomiendan la rápida introducción del catalizador en los automóviles para evitar las emisiones de formaldehído.

Dadas de 'los verdes'

El Ministerio de la Salud pretende ahora elaborar una reglamentación que limite las cantidades máximas de formaldehído en muebles, productos textiles y de limpieza y desinfectantes, entre otros. El ministro federal de la Salud, el democristiano Heiner Geissler (CDU), recibió el dictamen de los científicos con el comentario: "El informe demuestra que ni había ni hay motivo para caer en el histerismo".

Pero los verdes, del partido ecologista, reaccionaron con dureza ante el dictamen, que llega a la conclusión de que "no se cataloga como cancerígeno, aunque no se elimina la sospecha". Según el grupo parlamentario verde, "bajo esa formulación, que no dice nada, se oculta el hecho de que el ministro Geissler y la gran industria han conseguido imponer sus intereses por encima de los conocimientos científicos y la defensa de la salud de la población".

En un comunicado, los verdes denuncian que se ha recurrido a presiones sobre los científicos de la Oficina Federal de la Salud, y afirman concretamente que su director, Karl Ueberla, recibió autorización para compatibilizar su cargo en Berlín Oeste con otro en un instituto de Medicina en Munich, precisamente en plena investigación sobre el formaldehído.

Esto lleva a los verdes a la afirmación de que "se abre paso la sospecha de que el profesor Ueberla ha sacrificado las exigencias científicas del organismo que preside (Oficina Federal de la Salud) a su carrera personal".

Los verdes plantean una lista de 15 exigencias relacionadas con el empleo del formaldehído, con restricciones y prohibiciones en muchos sectores.

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