El presidente dice que su país mejoró desde 1980, y el candidato teme otro Gobierno republicano
El presidente Ronald Reagan cerró el debate televisado con Walter Mondale con el interrogante mágico, que hace cuatro años, cuando se enfrentó al entonces presidente, James Carter, le dio el gran espaldarazo para llegar a la Casa Blanca. "¿Se encuentra Estados Unidos hoy mejor que hace cuatro años?" se preguntó Reagan. "Creo que la respuesta es sí", se contestó. Mondale, que tuvo la última palabra en el debate, siguió en la misma línea de la demagógica pregunta, diciendo que correspondía a los estadounidenses considerar si se podía considerar como mejor el importante déficit público, la reducción de ayudas médicas y de beneficios de la Seguridad Social o la ausencia de negociaciones para una reducción y control de armamentos nucleares.
La respuesta a ambos interrogantes, el optimista de Reagan y el crítico de Mondale, la deberán dar los electores el próximo 6 de noviembre. Entre tanto pudieron contemplar un debate televisado, que no aportó ningún elemento nuevo, discurrió sin sorpresas y fue bastante anodino, con un constante ataque de Mondale a las políticas económicas de Reagan (déficit del presupuesto, posibilidad de nuevos impuestos y recortes sociales), mientras Reagan replicaba con un "prometí reducir la inflación y lo he hecho en más de dos tercios; prometí reducir los impuestos y lo he hecho. Hemos restaurado nuestra economía, reducido la inflación, logrado el crecimiento económico; hoy tenemos un país más seguro".La polémica entre Reagan y Mondale, en un debate donde prevaleció la cuestión económica, es el tema que determinará la decisión del elector el próximo 6 de noviembre. Para los expertos en estrategia electoral, la cuestión del déficit del presupuesto público es un asunto un tanto ambiguo y complejo para que incida, de manera decisiva, en la decisión de la mayoría de electores. Es muy probable que los electores se dejen guiar por cifras más asequibles, como son la baja de la inflación, el precio del crédito o la relativa mejora en el mercado del empleo. Cifras todas ellas en neta mejora si se comparan con la situación heredada por Ronald Reagan en enero de 1981, cuando sustituyó en la Casa Blanca a la Administración del equipo del presidente James Carter y del vicepresidente Walter Mondale.
Acabar el programa
Reagan concluyó que, ya en 1980, "prometí un nuevo comienzo" para la sociedad norteamericana, y solicitó otros cuatro años de mandato para acabar su programa. Mondale acabó planteando el tema de la próxima elección presidencial como "un tema decisivo para el futuro de nuestros hijos" y atacando a Reagan de carecer de un programa específico para un eventual segundo mandato. Pero, en definitiva, la respuesta sobre cuál de los dos convenció a la mayoría no llegará hasta el momento del recuento de los votos en la noche del martes 6 de noviembre, cuando los electores digan quién es el líder que desean tener en la Casa Blanca para los próximos cuatro años, en los que, naturalmente, esperan poder vivir mejor.Ahora la gran preocupación de los estados mayores de los partidos se centra en analizar la imagen que sus respectivos jefes dieron ante las cámara.
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