Los tripulantes del 'Challenger' tienen problemas para realizar los experimentos programados
Los siete astronautas que viajan a bordo del transbordador Challenger, superaron con éxito la primera jornada del vuelo, tras conseguir poner en órbita, aunque tres horas más tarde de lo previsto, el satélite ERBS, para observación del clima terrestre. Este logro y la satelización del resto de los experimentos programados para la primera jornada del vuelo, crearon un ambiente de optimismo entre los tripulantes espaciales. Sin embargo, en la segunda jornada surgieron problemas importantes a la hora de realizar las pruebas previstas.
La astronauta Sally Ride, la primera mujer estadounidense que viajó al espacio, en junio de 1983, consiguió ayer, segunda jornada de vuelo en la misión que inició el viernes el Challenger, poner de nuevo en funcionamiento una antena de radar, necesaria para efectuar una maniobra de descenso de órbita, que había presentado problemas. Anoche, según informó Efe, una antena de transmisión de datos estaba averiada. Si no se consigue su reparación, los astronautas probablemente tendrán que suspender muchos experimentos. Según un responsable del vuelo, de no solucionarse la avería, el transbordador sólo podrá almacenar el 6% de las observaciones por radar de la misión.
La avería en la antena no afecta a las comunicaciones de los astronautas con la Tierra, porque las transmisiones por radio y televisión se realizan mediante otro sistema. Mientras no se soluciona este contratiempo los siete astronautas realilzaron otros experimentos. Entre ellos figuró una prueba para ver cómo reabastecer de combustible a satélites que ya no tienen actividad por falta de energía.
Los problemas que habían surgido el viernes pudieron solucionarse. Sally Ride efectuó todas las operaciones con el brazo mecánico y situó al satélite ERBS en el exterior del espacio, pero no le respondió el dipositivo de encendido de los pequeños motores que debían impulsarlo a la órbita correcta. Los técnicos de la NASA indicaron a Ride que el problema era la falta de energía solar que el satélite necesitaba para comenzar su ascenso.
Al cuarto intento
El cambio de orientación en la posición del satélite permitió que sus sistemas electrónicos, con más energía solar, comenzaran a funcionar normalmente al cuarto intento que hizo Ride. El satélite, denominado ERBS, se situará en una órbita de 570 kilómetros de altitud y durante varios años será el transmisor de importante información científica sobre la influencia solar en la evolución ambiental y climatológica de la Tierra. El trabajo del satélite ERBS, junto con los experimentos previstos para el Challenger, está considerado por los responsables de la NASA como el proyecto más ambicioso de observación de la Tierra, desde la misión de la estación espacial Skylab.
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