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Gobierno y la guerrilla de Mozambique acuerdan un cese el fuego auspiciado por Suráfrica

El Gobierno marxista de Mozambique y la guerrilla derechista concluyeron ayer en Pretoria un acuerdo para el cese de todas las actividades armadas en el país, con el que se pretende poner fin a ocho años de sangrienta guerra civil en la antigua colonia portuguesa, según anunció ayer el presidente surafricano, Pieter Botha. El compromiso, alcanzado después de tres meses de una intensa mediación surafricana, consta de cuatro puntos: fin de los combates; reconocimiento de Samora Machel como presidente mozambiqueño; participación surafricana en las tareas de reconstrucción del país, y establecimiento de una comisión tripartita para controlar el cese el fuego.

Precisamente de los trabajos de esta comisión, integrada por Suráfrica, y el Gobierno y la guerrilla de Mozambique, depende el que continúe la guerra, según declaraciones realizadas vía telefónica por el secretario general del guerrillero Movimiento Nacional de Resistencia de Mozambique (MNR), Evo Fernades, quien matizó el contenido del acuerdo. "La comisión debe fijar la ficha y las condiciones de alto el fuego", dijo Fernandes. "Por el momento, sobre el terreno, no va a cambiar. la situación, añadió.

El presidente surafricano y su ministro de Asuntos Exteriores, Roelof Pik Botha, anunciaron los términos del pacto en una conferencia de prensa a la que también asistieron representantes del Gobierno y de la guerrilla mozambiqueños, que no hicieron ninguna declaración. Tampoco las autoridades surafricanas permitieron que los periodistas hicieran preguntas a los mozambiqueños, por considerar que la situación era todavía delicada. "Esta declaración (el anuncio de los términos del pacto) se hace con su aprobación, y su presencia aquí supone su consentimiento", dijo Pik Botha. Los representantes de Maputo los ministros de Seguridad, adjunto del Interior y comandante en jefe del Ejército del Aire, encabezados por el general Jacinto Veloso, ministro de Economía y los delegados del MNR -su secretario general y tres comandantes militares- se encontraron ayer por primera vez, después de que ambas partes rechazaran tratar directamente durante todo el período negociador, que fue muy duro, según el jefe de la diplomacia surafricana.

Aunque en Pretoria no se dieron detalles de las contrapartidas conseguidas por cada parte a cambio del acuerdo, se sabe que en el proyecto de pacto se preveía que los guerrilleros se beneficiarían de la amnistía ofrecida en mayo a todos los bandidos armados -como eran calificados por el Gobierno los miembros del MNR- dispuestos a deponer sus armas. Los guerrilleros, además, serían integrados en el Ejército o en la Administración civil mozambiqueña en cargos equivalentes a los ocupados en la estructura de la guerrilla.

El acuerdo anunciado ayer es fruto del tratado de paz de Nkomati, que los Gobiernos de Maputo y Pretoria firmaron el 16 de marzo en la frontera entre ambos países. Ambos Gobiernos se comprometieron entonces a no atacar al otro país y a suspender todo apoyo militar o logístico a la guerrilla que actuaba en el otro territorio.

"Éste es un día muy importante para Mozambique y, por supuesto, para todo el sur de África", dijo el presidente surafricano, quien reconoció que habrá dificultades para hacer cumplir el cese el fuego, y manifestó que Estados Unidos, Portugal y otros países han mostrado interés en el cumplimiento del acuerdo.

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