Duras críticas a la Unesco en la Asamblea del Consejo de Europa
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) despilfarra el dinero que le dan sus 163 miembros para pagar generosamente a 1.400 empleados inútiles; su centralismo (la sede está en París) es insoportable; los poderes absolutistas de su director general desembocan en el bizantinismo de la jerarquía; el diputado popular español Juan Arespacochaga se lamentó de la Historia mundial publicada por la organización, que trata a España injustamente, de igual manera que se despotricó contra el nuevo orden mundial de la información, que sometería a la Prensa a la voluntad de los Estados. A grandes rasgos, éstos fueron los piropos que ayer, en la 36ª sesión ordinaria de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, le ofrecieron los diputados de los 21 países miembros al director general de la Unesco, Amadou Mahtar M'Bow.
El espectáculo en el hemiciclo, gracias al desenfado libertario de una asamblea que sabe que a sus palabras, la mayoría de las veces, se las lleva el aire, rozó las fronteras de la libertad total y del ridículo.
Tras la toma de posesión del ex ministro español de Asuntos Exteriores Marcelino Oreja de su puesto de secretario general del Consejo de Europa, el acontecimiento espectacular de esta sesión de la asamblea parlamentaria lo fue ayer la intervención en el hemiciclo del Palacio de Europa del director general de la Unesco.
Desde hace meses, Ia Unesco vive los momentos más críticos de su existencia porque EE UU ha decidido retirarse de este foro mundial (es el único que reúne a todos los países del mundo), en el que participa aportando el 25% del presupuesto. El Reino Unido, acto seguido, también ha puesto en entredicho su pertenencia a la Unesco, como recordó ayer un diputado británico. Los 21 del Consejo de Europa pagan un tercio del presupuesto y quieren saber lo que ocurre en la Unesco.
Politización
Estados Unidos critica dos aspectos esenciales del funcionamiento de este organismo: su politización y el despilfarro de sus fondos. Esa politización, según los países occidentales, es más tangible desde que la Unesco ha intervenido en el campo de la Prensa, pretendiendo establecer un nuevo orden mundial de la información, que para Occidente consistiría en favorecer la intervención estatal. en el sector de los medios de comunicación y en el consecuente control de los periodistas. Fue necesaria toda la habilidad del director general de la Unesco para aniquilar a sus adversarios, cuando se manifestaron sobre lo ya relatado. Un diputado le acusó de haber celebrado el centenario de la muerte de Karl Marx. "La Unesco ha hecho otro tanto con san Francisco de Asís y Teilhard de Chardin", respondió M'Bow. Respecto a la Historia mundial editada por la Unesco, que menciona a España, M'Bow recordó que di cha obra fue realizada hace 15 años, cuando aún vivía Franco. Marcelino Oreja, nuevo secretario general del Consejo de Europa, pronuncia hoy su discurso de presentación ante la misma asamblea.
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