Donovan, secretario de Trabajo de Reagan, abandona el cargo ante la acusación de fraude
Raymond Donovan, secretario de Trabajo en la Administración de Ronald Reagan, pidió ayer al presidente, y obtuvo, que le aceptara una excedencia temporal para evitar que las acusaciones de robo y fraude que pesan sobre él afecten negativamente a la campaña por la reelección de Reagan. Donovan compareció ayer ante un jurado del Bronx, en Nueva York, para responder de los delitos que presuntamente cometió cuando era vicepresidente de una constructora.
El escándalo político protagonizado por Donovan es contemplado con inquietud por la Casa Blanca, donde se teme que pueda incidir en la marcha de la triunfal campaña electoral de Reagan y donde ya se escuchan voces que piden al presidente que le destituya sin paliativos. Reagan, por el momento, se ha limitado a aceptar la excedencia solicitada por su secretatrio de Trabajo. "Donovan es inocente, mientras la justicia no demuestre lo contrario", manifestó el presidente, actualmente en campaña por los Estados del sur. "No conozco los detalles todavía, pero confío en su integridad y, conservo mi plena confianza en él", añadió. El propio Donovan, quien ayer declaró ante un jurado del Bronx junto a otros siete directivos de la compañía Schiavone, ha dicho ser inocente a los 137 cargos criminales que se le imputan, y que podrían suponerle una condena a 7 años de cárcel. Donovan insistió en las con notaciones políticas del asunto y pidió que el jurado decida rápido.
Las denuncias contra Donovan son objeto de una contraofensiva por parte de sus abogados, quienes hacen hincapié en que el fiscal, Mario Merola, es demócrata, y que las elecciones a la presidencia están a sélo cinco semanas vista. El propio Donovan sostiene que es inocente y que las acusaciones de que es objeto "no valen lo que el papel en que están escritas".
Las acusaciones contra la compañía Schiavone se refieren a presuntas facturaciones falsas, que, por valor de unos ocho millones de dólares (más de 1.300 millones, de pesetas), cobró al parecer la firma de Donovan, entre 1979 y 1980 (antes de que Donovan llegara a la política, en 1981), como subcontratista de otra compañía, Jopel Construction, que percibió un total de 186 millones de dólares por obras en la construcción del Metro neoyorquino. La Prensa destaca que la firma Jopel tiene como copropietario a, Wiliam Masselli, un hombre de la Mafia que ya ha pasado algunas temporadas en la cárcel.
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