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La CEE no presentará a España el día 3 una propuesta global sobre los temas pendientes

Andrés Ortega

La próxima sesión de negociación entre España y la CEE tendrá lugar el miércoles en Luxemburgo. Para prepararla, esta ciudad se convertirá mañana y el martes en lugar de encuentro de 30 ministros de la CEE: los de Economía y Hacienda, los de Agricultura y los de Asuntos Exteriores. Entre todos, aunque se reunirán por separado, intentarán solucionar el acuciante problema presupuestario de la Comunidad y poner a punto un paquete que presentar el miércoles a España. Un acuerdo interno sobre el paquete, a pesar de su importancia, es sin embargo difícil, según las fuentes comunitarias consultadas por EL PAÍS, que ya hablan de la próxima cita del 24 de octubre.

Tanto el capítulo pesquero como el agrícola, especialmente en lo apartados de vino y aceite de oliva más desarme arancelario, siderurgia y asuntos sociales, son puntos en los que aún no hay acuerdo. Además, dos movimientos paralelos pueden dejar a España en un posición aislada y difícil frente a la CEE, lo que ejercería una importante presión sobre los negociadores españoles, si no quieren perder el tren de la adhesión.El primer movimiento es que se rompa el lazo, establecido desde junio de 1983, entre la ratificación por los Parlamentos de los diez de los nuevos recursos financieros de la CEE y de las actas de adhesión de España y Portugal. En este terreno, la República Federal de Alemania (RFA), que mantenía la llama, está cediendo. Los ministros debatirán la exigencia británica de limitar el aumento de los gastos, especialmente agrícolas de la CEE.

Precisamente mañana y pasado, los ministros comunitarios abordarán la cobertura del déficit del presupuesto de los diez para 1984 y 1985. Este año serán los propios Estados los que adelanten el dinero. Pero, en 1985, la propuesta sobre la mesa es la de anticipar la entrada en vigor de los nuevos recursos financieros, tras su ratificación en el Parlamento. En principio, estos recursos no debían entrar en vigor hasta el 1 de enero de 1986. La RFA, y Holanda en menor medida, quieren mantener el vínculo formal con la ratificación del ingreso de España y Portugal. Pero al estar ligada la solución para 1984 a una decisión sobre 1985, el vínculo puede saltar.

El segundo peligro para España está unido a la petición portuguesa de firmar un acta de acuerdo que dejaría sentada la fecha del 1 de enero de 1986 para el ingreso de Portugal, sin garantías para el caso español. Este acuerdo, sobre todo si va acompañado del cierre del capítulo pesquero, crearía un precedente para España, precedente que Francia potencia. Se podría llegar de ese modo a una situación en la que la negociación con España siguiera bloqueada, mientras que este texto luso-comunitario llevaría a la firma del tratado de adhesión de los portugueses.

Esperar al final

La CEE siempre suele aguardar hasta el último momento posible -al borde del precipicio y jugando con tensiones y crisis- para tomar decisiones importantes que requieren ajustes de intereses y sacrificios. El problema será que una vez que estén de acuerdo los diez para hacer una oferta a España, ésta tendrá sumas dificultades en cambiarla, especialmente si no queda tiempo. Estos son los principales problemas pendientes en la agenda comunitaria.

La delegación española, presidida por Morán, presentará el miércoles a la CEE tres declaraciones en principio. Una sobre siderurgia, rechazando el protocolo que le ofreció la Comunidad, por el cual la siderurgia española quedaría durante cuatro años al margen del régimen comunitario, manteniéndose las restricciones a las exportaciones hacia la CEE. Ésta asegura que es necesario que el sector español siga requiriendo ayudas nacionales después de 1986. España preferiría una fórmula por la cual quedaran al margen del régimen de la CEE sólo aquellas empresas precisas a las que se siguieran otorgando ayudas, en la medida en que éstas hubiesen cesado en los diez. España presentará además un documento sobre la inclusión de la peseta en el ECU (Unidad de Cuenta Europea) y otro sobre su participación en la ayuda al Tercer Mundo.

Como recordatorio, además de lo antes citado queda por negociar el régimen de Canarias, las relaciones bilaterales entre España y Portugal, el régimen de Andorra, la participación española en el presupuesto de la CEE y otros temas. La cuestión de las instituciones y el estatuto de España en ellas está planteando, ante las demandas españolas, más problemas de los previstos inicialmente.

Es improbable terminar las negociaciones antes de que acabe 1984, según fuentes comunitarias consultadas por EL PAÍS, y entre las que empieza a cundir el pesimismo. Claro que los milagros son siempre posibles. Pero la fecha límite para la firma del tratado de adhesión es marzo. De otro modo no habría tiempo para ratificarlo.

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