Con los paraguas preparados , por si acaso llueve
Muchas veces las noticias son tan esperadas que no producen reacción alguna. Aunque en ocasiones éstas sean esperanzadoras -a pesar de que alguien crea lo contrario- y dejen al sujeto paciente con una gran tranquilidad de espíritu. Así sucedió ayer en la bolsa: el índice general ganó 58 centésimas ante la mayoritaria indiferencia, pero algo flota sobre el agua y ciertos paraguas comienzan a abrirse ante la amenaza de que empeore el tiempo.Ese algo consiste en el relativo aumento de las realizaciones de beneficios, que, como ya estaba previsto, fueron bien absorbidas por esa capa freática de dinero, que continúa dispuesta, sin prisa pero sin pausa, a comprar lo que sea a unos precios que se consideren aceptables.
Sin embargo, la alegría de la jornada precedente se había difuminado en el ambiente. La elevación del índice en estas condiciones supo a muchos paladares como un sorbo de agua fría o como una victoria pírrica. Prueba de ello es el recorte de 3/4 de entero en Telefónica, después de que el papel hiciera acto de presencia a un precio por encima de la par y que fuera necesario un cierto apoyo para mantener el nivel del 102%. Parece que estamos ante una de esas paradas en la fonda del camino bursátil que sirve a los operadores para poder realizar sus beneficios y al conjunto del mercado para tomarse un respiro y luego proseguir viaje.
Un paréntesis de esta naturaleza no tiene nada de extraordinario, ya que parece darse un cambio de atención desde los valores eléctricos -que siguen disfrutando de buena consistencia, especialmente en estos momentos en que comienzan a cocerse las futuras ampliaciones de capital- hacia los bancarios. El reajuste llevará algunos días, si es que se concreta, porque los inversores extranjeros están haciendo acto de presencia en este sector energético.
De todas formas, los bancos llevan ya bastantes jornadas levantando comentarios expectantes entre los especialistas, quienes auguran un tirón de este corro, algo parecido a recoger el testigo de la subida bursátil. Unas entidades que han cosechado un 47% más de beneficios en el primer semestre que en igual período del año anterior merecen una mejor posición. Sólo hay que comparar el índice general con el sectorial bancario: una diferencia del 15,92%. es difícil de justificar en esas condiciones. ¿Por qué, entonces, esta apatía?
Las lenguas viperinas añadían ayer a los posibles argumentos ya comentados -próximos canjes de bonos- el deseo de estas instituciones en mantener una actitud discreta, precisamente: por el buen ejercicio que han protagonizado hasta ahora, justo en unos momentos en que parece inminente la firma del protocolo del pacto social, que contempla una gran flexibilidad en el mercado del trabajo. El comportamiento de estas entidades en la jornada de hoy puede ser muy importante para ver por dónde se decantan sus estrategias.
El nivel de realizaciones tenderá a aumentar en la sesión de hoy y los especialistas prevén recortes que deberán no generalizarse. Si el mercado aguanta bien el chaparrón -que sólo parece ser eso-, el fin de semana puede estar marcado por un nuevo estirón. Ésas son, al menos, las previsiones de la mayoría.
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