El ex administrador de la aduana barcelonesa había solicitado en 1982 reforzar el ordenador

Cristóbal Ponce, el administrador de la aduana de Barcelona que fue destituido tras el descubrimiento del presunto fraude en las comprobaciones de pago, había solicitado una memoria complementaria para el ordenador con la intención de controlar el inmenso volumen de operaciones efectuadas.Fuentes próximas a la aduana barcelonesa han confirmado que en 1982, cuando aún no había tomado posesión el Gobierno socialista, Cristóbal Ponce solicitó a Antonio Rúa Benito y a Luis Ares Petit, director y subdirector general de Aduanas, respectivamente, una ampliación de su equipo informático como medida básica para controlar todas las operaciones. Fuentes de la Administración central han manifestado que desconocían la existencia de tal oficio.

La solicitud no fue atendida entonces porque los responsables de la Administración consideraban que era más adecuado sustituir el ordenador existente por un equipo más potente. Sin embargo, esta medida no se ha puesto en práctica hasta hace pocos meses, cuando se dotó a la aduana de Barcelona con un ordenador Olivetti M-40.

Las mismas fuentes han señalado que la petición de Ponce significaba una inversión de un millón de pesetas para controlar un volumen de ingresos que en 1983 ascendió a 148.000 millones de pesetas.