El presidente del PNV estimaría incomprensible la dimisión de Carlos Garaikoetxea

El presidente del consejo nacional del PNV, Román Sudupe, consideraría "incomprensible" la dimisión del Lendakari Garaikoetxea como consecuencia del contenido del documento interno emanado de la dirección del partido y filtrado el viernes a la Prensa. En dicho documento se defienden tesis manifiestamente divergentes con las sostenidas por el presidente vasco sobre la institucionalización interna de la comunidad autónoma. La opinión de Sudupe sobre la eventual dimisión de Garaikoetxea, recogida ayer por el diario nacionalista Deia, ha estado motivada por los rumores que en las últimas horas insistían en una inminente decisión en tal sentido del presidente vasco, que ya el viernes convocó una reunión urgente y extraordinaria de su gabinete.

Esos rumores, según la agencia Europa Press, se intensificaron ayer, sin que fuera posible obtener de Ajuria Enea, sede de la presidencia vasca, otra reacción que la reiteración del contenido de la nota difundida la víspera y en la que el lendakari expresaba su disgusto por la "filtración interesada" y manifestaba su decisión de no romper "el compromiso de silencio sobre conversaciones internas con responsables del PNV".A última hora del sábado, el consejo nacional del PNV (EBB) difundía un comunicado en el que expresamente se afirmaba, con el fin de "salir al paso de las especulaciones suscitadas" que el documento filtrado la víspera no pretendía "desvirtuar los acuerdos de la asamblea de Zarauz", -en la que fueron aprobados unos criterios de aplicación de la Ley de Territorios Históricos de cuya aceptación hacía depender Garaikoetxea su continuidad en el cargo-, sino únicamente "desbloquear las discrepancias surgidas".

El comunicado del EBB admite que los criterios plasmados en el documento son políticos antes que jurídicos, si bien las dificultades para llegar a un acuerdo provendrían del "fondo jurídico complejo que resulta del desajuste entre diversos textos legales".

Sea como fuere, la posición ahora oficializada tiene implicaciones claramente políticas en al menos tres sentidos: en cuanto supone un desario abierto y explícito a la autoridad del lendakari; en cuanto implica una apuesta por un modelo bien preciso de institucionalización interna de la comunidad autónoma; en cuanto supone, al menos tendencialmente, la opción por una determinada política de alianzas, de entre varias posibles.

Supone un desafío a Garaikoetxea porque lo esencial de las condiciones de las cuales el lendakari hizo en su día depender su continuidad en el cargo era justamente una interpretación de las relaciones entre Gobierno y diputaciones tendente a evitar la existencia de "servicios duplicados". Y lo que consagra el documento del EBB es que incluso en materias cuya titularidad exclusiva corresponde al Gobierno, las diputaciones tendrán capacidad de intervención -y podrán disponer de los fondos precisos para ello- en cuantos temas se consideren "de interés general para sus respectivos territorios".

Supone la apuesta por un determinado. modelo de institucionalización interna, por cuanto la fórmula elegida abre la vía a una creciente concentración del poder en las diputaciones y a un correlativo y paulatino vaciado de competencias del Gobierno vasco. Por razones históricas y psicológicas, pero también por motivos relacionados con intereses materiales concretos, los sectores socialmente más regresivos de la sociedad vasca han tendido tradicionalmente a favorecer la potenciación de las instituciones provinciales en la misma medida en que tendían a desconfiar de un poder autonómico fuerte. En ese sentido, "duplicidad de servicios" (lo que Garaikoetxea quería evitar) debe en parte entenderse como "duplicidad de las subvenciones".

Que la apuesta está hecha lo confirma indirectamente el propio documento cuando, tras constatar las dificultades con que se encuentra el PNV en un Parlamento en el que existe un empate a 32 escaños, insinúa claramente que una de las ventajas de la orientación propugnada sería que un desplazamiento del poder hacia las diputaciones favorecería la hegemonía del PNV, dada su mejor relación de fuerzas en tales instituciones.

Finalmente, el documento es político porque, al defender una alternativa foralista, apuesta por favorecer el acuerdo con la derecha tradicional, (foralista en el País Vasco), representada en la actualidad por Coalición Popular.