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El Gobierno estudia la reducción del cobro de comisiones bancarias dentro de la política de abaratar los créditos

El Gobierno ha propuesto a la banca privada, dentro de su política de propiciar un abaratamiento del precio del dinero como medio de relanzar la inversión y el empleo, la reestructuración del actual sistema de cobro de establecimiento de comisiones por los servicios al usuario. La trasformación del actual sistema, que produce graves distorsiones sobre precios finales y no discrimina de forma suficiente entre unos y otros clientes, según la dimensión y especialidad del servicio solicitado, es una operación delicada ya que aproximadamente el 35% de los beneficios actuales de la banca proceden del cobro de comisiones.

El Banco de España, junto a representantes de los siete grandes bancos privados del sector, está en estos momentos debatiendo distintas fórmulas para sustituir las actuales comisiones. En fuentes de la Administración se reconoce tanto, la necesidad como el riesgo de esta transformación. Una decisión precipitada podría hacer peligrar la cuenta de resultados de la banca privada, que en los últimos tiempos ha presentado ya una evolución menos positiva que la del primer semestre, y podría incidir de forma negativa, encareciendo los costes, sobre las pequeñas y medianas empresas.La introducción de una mayor racionalidad en el precio de las comisiones provocaría un factor de discriminación en el importe de las mismas en función de volúmenes y plazos de las operaciones que, lógicamente, encarecería la gama inferior, que es la requerida en mayor medida por la empresa pequeña y el usuario de a pie.

Este efecto, en unos momentos en que la política del Gobierno y las reivindicaciones de los empresarios apuntan hacia un abaratamiento del dinero de cara al pacto social, no resulta deseable.

Por otro lado, en fuentes de la Administración se señala que es imprescindible caminar hacia una racionalidad económica en todos los costes de los servicios financieros en que incurren los usuarios del crédito y que, en definitiva, cada palo aguante la vela de los costes derivados.

Coste real

Si a mediados del mes de julio hubo una propuesta surgida del Banco de España en el sentido de una reducción unitaria de las comisiones bancarias ligadas a las operaciones financieras en lugar de una baja de los tipos de interés que practican las instituciones financieras, en las conversaciones entre los presidentes de los ocho grandes bancos nacionales y el Gobernador del Banco de España se desechó esta alternativa, aunque se reconoció la necesidad de modificar el actual sistema de cobro de dichos servicios.La cuenta de resultados de bancos y cajas de ahorro, en especial de estas últimas, parece estar excesivamente relacionada con el nivel de comisiones que cobran estas instituciones por los servicios que prestan. De lo que se trata es de modificar la filosofía que late detrás de estos cobros, aunque al principio puedan resultar algo más elevados.

De esta forma, la comisión integrada por expertos del Banco de España y de la banca privada tratará de objetivar el coste real de los servicios prestados y que esta cifra sea la que se refleje en las operaciones entre las instituciones financieras y sus clientes. Se trata, al final, de que cada cliente conozca exactamente cuáles son los recargos que se le van a hacer por cada servicio y que decida, eligiendo entre distintas opciones, la que le resulta más barata y por lo tanto aquella que tiene un mejor porvenir económico. Así, algunos servicios financieros dejarán de tener sentido, al elegirse otras vías, y los que permanezcan tendrán un coste real.

Las conversaciones entre Mariano Rubio, gobernador del Banco de España, y los presidentes de los ocho grandes bancos nacionales -Central, Banesto, Hispano, Bilbao, Vizcaya, Santander, Popular y Exterior- tuvieron otros temas de importancia para estas instituciones como el mantenimiento de diversos paquetes de acciones de los propios bancos en sus carteras de valores.

Mariano Rubio advirtió a los presidentes de los bancos de los posibles problemas derivados de la existencia de unos paquetes de acciones altos y de las últimas evoluciones en bolsa de la cotización de los bancos, que se consideraba estaba siendo inflada. La proximidad de diversas operaciones de canje de bonos bancarios por acciones puede justificar el mantenimiento de algunos paquetes que deberían desaparecer en el momento en que se lleven a cabo estas operaciones de canje. En todo caso en el Banco de España se ha dado un cierto tiempo a las instituciones financieras para que se desprendan de estas acciones con las que cuentan, sin que tenga que repercutir negativamente sobre la cotización de las mismas en las bolsas españolas.

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