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La CEE supedita el capítulo siderúrgico a la reconversión del sector en España

Andrés Ortega

La Comunidad Económica Europea (CEE) comenzó ayer a examinar una propuesta de la Comisión Europea por la cual la aplicación a España de las disposiciones del tratado de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), especialmente en materia de libre circulación de las mercancías, quedaría subordinada a la realización de la reestructuración siderúrgica en España. Tal, situación permanecería al menos hasta que cesaran las ayudas nacionales al sector, objetivo que no se verá cumplido para la adhesión de 1986.

La iniciativa procede del vicepresidente de la Comisión, Etienne Davignon, encargado de los temas industriales. Sugiere que se firme con España un protocolo CECA, que otorgaría a la Comisión Europea la resiponsabilidad de negociar con las autoridades españolas el contenido y las modalidades de esta reestructuración. Estas discusiones se llevarían a cabo durante el primer semestre de 1985, de modo que en octubre de ese año, la CEE se pronunciara sobre el programa español de reestructuración.El tratado de adhesión de España a la CECA -en contra de lo que ocurre con el de adhesión a la CEE- no requiere ratificación en los Parlamentos nacionales de los Estados miembros; basta únicamente con su firma, por lo que podría demorarse.

La reestructuración siderúr ca en los diez prevé el cese de s ayudas nacionales a finales de 1985. Por ello la postura española es la de aceptar la situación existente en la CEE en el momento de la adhesión, sin tener que entrar a negociar por el momento su reestructuración con las instancias comunitarias. España mantiene que el esfuerzo previsto de reducción de su capacidad de producción siderúrgica es sim llar -en torno al 15%, aunque el plan español se prolongará hasta 1988- al que llevan a cabo los diez.

Cupos a la exportación

En la sesión de negociación del pasado lunes con España, Davignon criticó los datos presentados por España, su siderurgia y planes de reconversión. Se quejó de que España sólo había presentado datos para la siderurgia integral, a pesar de que España había presentado la documentación que faltaba el 24 de agosto.

La verdadera trampa de la situación es que la CEE, con la idea de este protocolo, pretende, entre otras medidas, relacionar la apertura de los mercados comunitarios para los productos siderúrgicos españoles a la reestructuración del acero español pactada con Bruselas. A esto se niegan los negociadores españoles, al menos por el momento, porque, según se estima, la CEE podría mantener las actuales restricciones hasta que se pusiera fin a las ayudas nacionales en España, es decir, previsiblerriente hasta 1988 al menos.

Los diez deben entregar una declaración a España en este sentido en la próxima sesión ministerial de los días 17 y 18. Por otra parte, se está barajando la idea de convocar sesiones suplementarias a nivel de suplentes -a las que asistirá el secretario de Estado para las Relaciones con la CEE, Manuel Marín- y no limitarse únicamente la las sesiones ministeriales.

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