Los siete 'etarras' pendientes de la extradición, hospitalizados en París por su huelga de sed
La policía francesa trasladó ayer al hospital penitenciario de Fresnes, en París, a los seis presuntos miembros de ETA Militar que, al igual que el supuesto terrorista Luciano Eizaguirre, hospitalizado el miércoles, iniciaron una huelga de sed hace una semana en la prisión de Pau. El traslado se efectuó en helicóptero y los huelguistas son atendidos por el personal médico del hospital penitenciario, en el que se encuentra también otro presunto miembro de ETAm, Isidro Garalde Mamarru. Éste, jefe de la sección de logística de la organización terrorista, inició una huelga de hambre el pasado día 9 en la prisión de Bayona.
La administración penitenciaria francesa se negó a facilitar información alguna sobre el estado de los huelguistas, pero fuentes de los comités de apoyo a los refugiados indicaron ayer que hasta ese momento ninguno de ellos había perdido el conocimiento.Precisamente, los comités de apoyo a los refugiados contemplan la posibilidad de pedir a los detenidos que abandonen la huelga ante las informaciones, recogidas en fuentes de la Administración francesa, que atribuyen al Gobierno de ese país una actitud poco favorable a conceder las extradiciones.
Estas expectativas coinciden, por otra parte, con la presencia en París de la abogada de los huelguistas, Christianne Fando, quien al parecer mantuvo días atrás una entrevista con funcionarios del Ministerio de Justicia francés.
Por otra parte, representantes de las concesionarias guipuzcoanas de firmas automovilísticas extranjeras indicaron ayer que los atentados de ETA Militar y de los Comandos Autónomos Anticapitalistas (CAA) han colocado a parte del sector al borde de la quiebra y no perjudican lo más mínimo a las empresas francesas, objetivo teórico de la campaña terrorista.
"Las firmas francesas", señalaron, "interpretan que un coche destruido en un atentado contra nuestras instalaciones es un coche vendido y, en consecuencia, no se hacen cargo de los daños económicos".
15 atentados
A lo largo de este año las concesionarias guipuzcoanas han sufrido un total de 15 atentados, que arrojan unas pérdidas de 55 millones de pesetas, cifra importante si se tiene en cuenta la inestabilidad de este sector de distribuidores y agentes. Hasta el momento, la empresa más perjudicada es Euskal Auto, una cooperativa formada por antiguos trabajadores en paro, que ha hecho frente a tres atentados.Tampoco los seguros de las concesionarias aceptan enjugar las pérdidas, ya que al tratarse de atentados, tipificados como sociopolíticos, esta responsabilidad recae en el consorcio de seguros. Los empresarios del sector se lamentaron ayer de la lentitud con que se efectúa el proceso de cobro en el consorcio de seguros.
El Gobierno Civil de Guipúzcoa no ha puesto dificultades para certificar que los atentados poseen un carácter sociopolítico. Tras las primeras explosiones, la policía instaló un dispositivo de vigilancia en torno a algunas concesionarias a petición de los propios empresarios.
Un dirigente de los Comandos Autónomos, Pablo Gude Pego, Antxon el Grande, murió semanas atrás en un enfrentamiento con guardias civiles que custodiaban una concesionaria de Citroën en Lasarte.
Estas medidas no han impedido, sin embargo, la potente explosión que destruyó parcialmente, poco antes de la madrugada de ayer, las instalaciones de la concesionaria de Peugeot Talbot en Las Arenas, a 14 kilómetros de Bilbao.
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