El señor Suárez y el centro político

La Junta Militar uruguaya se ha convertido de repente en una inesperada propagandista del everítual nuevo resurgir político del ex presidente Suárez y, en su caso, del CDS. La expulsión del señor Suárez de Montevideo, adonde había ido a prestar sus servicios jurídicos al acusado señor Wilson Ferreira, ha dado pie a la recordación pública de que el señor Suárez todavía está ahí, es el jefe de un partido muy minoritario después de haber tenido tras de sí a la inmensa mayoría de los españoles, y sigue albergando ilusiones o apetencias políticas. (-)La operación Roca parece, a estas fechas, como un poco parcialmente fracasada o, por lo menos, habiendo perdido una batalla, sin que en este caso eso quiera decir que tenga, sin embargo, esperanzas de que vaya a ganar la guerra; y de ese fracaso quizá no es la menor razón el que el señor Suárez se haya negado a participar en el proyecto. Pero eso tampoco quiere decir que sea el señor Suárez el que detente todas las virtualidades de un intento de formación o reconstrucción de un partido centrista, sobre todo si sigue en la actitud de éreer que el centrismo político es algo así como un monopolio suyo, una "especialidad de la casa".

A corto plazo, por lo demás, esta aventura del señor Suárez, expulsado por un régimen militar, se tornará en seguida poco rentable. (-) Porque, sin duda, está muy bien que el señor Suárez despose con tanto ardor la causa demócrática como para desear que su triunfo sea un hecho en todo el mundo, y de manera específica en esos países hispanoamericanos; pero, al fin y al cabo, cuando esa franja de españoles que echan de menos un centro entre el PSOE y Alianza Popular piensan en un partido, lo hacen porque estiman que hay otras opciones que la que esos dos partidos representan, pero que esas opciones son obviamente sobre los asuntos españoles; y a este respecto, el señor Suárez no es que se haya pronunciado excesivamente. ( ... )

, 28 de agosto