Sólo veranea uno de cada tres españoles
Este año, récord para la afluencia de extranjeros, desciende el turismo nacional
Salvo pequeñas variaciones anuales o de tendencias, el perfil del veraneante nacional, cuyo gasto tiene todavía mayor peso económico que el de los extranjeros, está bastante marcado por cinco años consecutivos de encuestas por parte del Instituto Español de Turismo. El español viaja poco (sólo un 31%), principalmente por estimar que no tiene dinero suficiente (62% de los que quedan en casa). Mayoritariamente, organiza. el viaje por su cuenta (90%-97%, de los casos), marcha en coche (64%) y va siempre al mismo lugar (537.56%), porque tiene allí residencia secundaria o le gusta encontrarse en familia o entre amigos. Asimismo, casi en su totalidad toma las vacaciones a estas alturas del verano (27% julio, 61 % agosto, 14% septiembre). Y prefiere el litoral (aunque cada vez menos) a la ciudad, la montaña, las marchas itinerantes o incluso al extranjero. únicamente el 7% de los que toman vacaciones eligen cruzar las fronteras.A falta de datos o estimaciones completas para analizar el nivel del turismo nacional durante este verano no hay indicadores fiables y los resultados de la citada encuesta sobre 1983 y las perspectivas de 1984 son anunciados para otoño-, hay que acudir a estimaciones subjetivas. Pero, aun cuando todas estas se rodean de altos grados de incertidumbre, coinciden en señalar que este año hay menos veraneantes españoles.
Sí hay ya datos ciertos sobre la reducción de las salidas al extranjero y del gasto por parte del 7% que viaja al extranjero con pasaporte, dentro de los que toman vacaciones. En julio descendieron sobre el mismo mes de 1983 un 5,2%, equivalente 80.929 personas, y enero-julio un 3,1 %, equivalente a 235.733. Las autoridades turísticas expresan la sospecha de que, en gran parte esta caída se nutre con un menor número de visitas inferiores al día a Francia, Andorra y Portugal. No es de extrañar, como tampoco que bajen las visitas por más de 24 horas: un estudio Español de Turismo ha revelado que los precios franceses para grupos organizados son este año un 53,6% superiores al promedio español, los de Grecia un 70,4% mayores y los dé Portugal un 38,1%.
Aunque ya en 1983 el descenso de los pagos en dólares por este concepto fue del 11,3 %,en pesetas todavía crecieron un 15,2% (por efecto del tipo de cambio). Pero en lo que va de año el dólar se ha depreciado menos y, pese a ello, se ha acentuado el descenso de los pagos (un 14,2% en el primer semestre), hasta el punto de que a finales de junio habían descendido un 2% incluso en pesetas (iban 65.395 millones). Si se confirman las previsiones, este año sólo saldrán divisas por valor de 130.000 millones de pesetas, equivalentes al 10% de las que entrarán.
También hay datos -con el retraso habitual en la estadística española- de que ha descendido un 4,3% -en los cuatro primeros meses del año el número de pernoctaciones de españoles en hoteles (6,9 millones de enero a marzo), mientras que las de extranjeros crecieron el 11,8% (11,1 millones).
Opiniones sobre el descenso
Todo lo demás son deduciones, aunque conducen a la misma conclusión. Recordemos en primer lugar que el poder adquisitivo medio -el principal obstáculo al turismo de los españoles, según las citadas' encuestas- ha descendido más que en años anteriores. Los salarios brutos habrán subido como mínimo dos puntos menos que la inflación media anual (por ahora, superior al 11 %), y así lo ha acusado la caída en el consumo interior durante lo que va de año. En cambio, frente a subidas salariales del 8 o 9% y a caídas todavía fuertes en el empleo, los precios del turismo para los españoles han crecido en este período un 13,9% (datos extraidos del índice de precios al consumo), varios puntos por encima de la media-general, e incluso que la de alimentación.
Según Ignacio Fuejo, secretario general de Turismo, "sí es cierto que este año se ha apreciado un descenso en las costas". "No sabemos", agrega "si la disminución ha sido compensada por el turismo de ciudad, donde hay mayor afluencia que otros años. Probablemente no, porque las ciudades no tienen capacidad suficiente para absorber el fenómeno".
Los hoteleros expresan la misma impresión. Para Eduardo Gamero, gerente de la patronal Zontur, que dice representar más de 600.000 plazas, la menor afluencia de españoles se ha detectado especialmente en las islas Baleares. En ellas, a los factores generales se ha unido el fuerte encarecimiento del precio del transporte de coches desde la Península, una de las condiciones buscadas por gran parte de los españoles para trasladarse allí.
Mientras que los datos oficiales detectan un crecimiento del 7,2% en el número de visitantes extranjeros durante lo que va de año y esperan superar el 5% durante 1984 en la afluencia de turistas por más de un día, los hoteleros reafirman que el año es bueno, pero que el nivel de ocupación apenas crece en un 2%.
Cierto que la capacidad española de alojamiento en hoteles y pen-
Sólo veranea uno de cada tres españoles
siones apenas alcanza las 835.000 plazas, al tiempo que supera los cuatro millones de plazas en alojamientos extrahoteleros. Según el Instituto Español de Turismo, esta oferta extrahotelera la integran apartamentos y no declarados y segundas viviendas (3,6 millones), campamentos (344.479), apartamentos turísticos (292.655), fondas y casas de huéspedes (170.683) y casas de labranza (8.292). Por tanto, gran parte del turismo interior puede verse inclinado hacia esta oferta extrahotelera. Pero, según las estadísticas oficiales, la ocupación hotelera es cubierta anualmente en un 33,5% por españoles (datos medios de 1983, cuando se contabilizaron 1.19,9 millones de pernoctaciones en hoteles).Por su parte, diversos expertos en el análisis de la coyuntura económica han apuntado que no hay razones para prever que la demanda de consumo turístico por parte de los españoles (equivalente al 4,4% del producto interior bruto en 1983) haya seguido distintos derroteros a los de la demanda total interior, que ha caído.
Las vacaciones, prioritarias
Santiago Hernández Martín, director del Instituto Español de Turismo, pese a admitir la validez de los datos sobre descenso de pagos por divisas y de pernoctaciones de españoles, se muestra escéptico sobre una relación directa entre la renta disponible y el turismo. Recuerda que ha sido una de las actividades menos dañadas por la crisis económica iniciada en la pasada década. Y que tanto las encuestas españolas como las extranjeras otorgan cierta prioridad a los viajes de vacaciones sobre la alimentación, el vestido e incluso la compra de bienes de consumo duradero. como los automóviles.
La afirmación de Hernández ha sido corroborada por la escalada del turismo, tanto extranjero como nacional, respecto al producto interior bruto español desde 1970 e incluso 1974. Pero en el presente año puede ser más verosímil para los; extranjeros que para los españoles.
Si entran en España los más de 43 millones de visitantes ó 28 millones de turistas reales esperados para 1984, e ingresan cerca de 1,3 billones de pesetas ( un 25% o 30% más que el año anterior), es probable que el consumo turístico total duplique con exceso los citados 1,3 billones y supere el 10% del producto interior bruto, porcentaje que se atribuye a los efectos directos e inducidos del turismo. Si esto se cumple, no será porque aumente el turismo todavía principal, el interior.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.