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Curso y conciertos de Música barroca en El Escorial

Más de 130 alumnos, muchos de ellos procedentes de países europeos, de Asia y de América, llenan estos días las aulas de la Universidad María Cristina de San Lorenzo de El Escorial, donde se desarrolla el VI Curso de Música Barroca y Rococó, patrocinado por la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid y por la Dirección General de Música del Ministerio de Cultura.

El director del curso, Mariano Martín, ha expresado su satisfacción por el alto nivel del alumnado en la presente edición, durante la que se imparten clases de canto e instrumentos en la especialidad de música barroca, lo que contrasta -dice- con la lentitud de la Administración a la hora de facilitar las subvenciones prometidas.

El Curso de Música Barroca y Rococó ha supuesto en estos años uno de los más decididos intentos para integrar a España en las últimas corrientes de una música ya histórica, la de los siglos XVII y XVIII. Esas tendencias representan, desde hace algún tiempo, un noble esfuerzo para recuperar valores musicales, técnicos y estéticos, perdidos desde el Romanticismo.

Como en todos los cursos, por las noches tienen lugar conciertos para el público en el Real Coliseo Carlos III, aspecto práctico del trabajo en las aulas. A lo largo de los distintos cursos han venido interviniendo en ellos figuras mundiales de la especialidad, desde Frans Bruggen a Alan Curtis, desde Ton Koopman a Philip Herreweghe, desde Stephen Preston a Bob van Asperen.

Dedicados este año a Bach y a Händel, han tenido lugar ya tres sesiones. En la primera, a teatro lleno, se pudo escuchar La ofrenda musical, en la que Juan Sebastian Bach sintetiza toda una trayectoria de la música europea. La versión de Johann Sonnleitner (cémbalo), Chiara Banchini (violín barroco), Kathy Göhl (violonchelo barroco) y Hans Mayer (flauta travesera barroca) tuvo calidad y claridad, si bien hubiera sido deseable mayor cohesión en ciertos pasajes y más volumen sonoro en el flauta solista.

Categoría interpretativa

El miércoles día 22, Chiara Banchini y Aline Zylberajch (cémbalo) dedicaron a Bach y a Händel su recital. Las dos artistas dejaron bien sentada su categoría interpretativa, como en anteriores ediciones del curso, en varias sonatas para violín y bajo continuo de los dos grandes maestros.A la dulzura y afinación de la violinista suiza (puesta a prueba en el primer allegro de la Sonata op. 1 núm. 13 de Hándel) se unió el saber y la musicalidad de la clavecinista Aline Zylberajch, que tocó en solitario una muy bien matizada Tercera suite inglesa, de Bach.

Tras la actuación del cembalista Bob van Asperen en las Variaciones Goldberg, de Bach, ha actuado el francés Christophe Coin quien Interpretó tres suites para violonchelo .

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