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La deuda pública española, supera los 7 billones de pesetas

La deuda pública del Estado supera ya este mes los 7 billones de pesetas, sin contar otro billón de saldo negativo del sector público en el Banco de España y 0,6 billones de avales a organismos y terceros. Los intereses derivados de la misma, a las que habrá que sumar los correspondientes a los 0,44 billones para sanear Rumasa, duplicarán este año la previsión de 290.000 millones de pesetas fijada en los Presupuestos Generales del Estado. A partir del próximo ejercicio, sólo los intereses se aproximarán al billón de pesetas, por lo que con las devoluciones supondrán una losa sobre el déficit público. No obstante, cada punto en que bajen los tipos de interés podrá ahorrar anualmente más de 30.000 millones de pesetas.

La mayor parte de los 7 billones de deuda vencerán a menos de un año. Se trata de los pagarés del Tesoro, que a finales de mayo ascendían a 3,4 billones de pesetas y ahora rondan los cuatro billones. Ello indica el alto margen inicial de actuación sobre el coste de la deuda, que ha empezado a utilizar el Tesoro, al haber bajadado algo más de dos puntos la remuneración de los pagarés desde que empezó el año.

No obstante, el creciente acortamiento de los plazos, del que se salvan los préstamos del exterior, ha contribuido en los últimos años a elevar la carga de la financiación del Estado. Son amortizadas emisiones antiguas (en mayo, por ejemplo, fueron devueltos 1.600 millones de pesetas al 6%, sacados en 1942) y deben ser lanzadas otras a tipos de mercado. Pero, en contrapartida, ofrece la oportunidad de empujar a la baja los tipos de interés.

Nuevas cargas para el Estado

Así puede ocurrir con los casi dos billones de pesetas de antiguos certificados de regulación monetaria que se convirtieron en pagarés del Tesoro a finales de año, lo cual libró de una importante carga las cuentas de resultados del Banco de España. Aunque no estaba retribuido el recurso del Tesoro al banco emisor, que hace un año llegó a tener prestado al sector público 2,9 billones de pesetas, el Banco de España compensaba este recurso retirando dinero del sistema financiero mediante la emisión de certificados, y lo hacía a tipos más altos que los de mercado (hace un año llegaron a aproximarse al 23%), lo cual encarecía la financiación estatal.Esta operación ha permitido al sector público reducir hasta 1,09 billones de pesetas las cuentas en el Banco de España, aunque, paralelamente, haya tenido que emitir pagarés del Tesoro o de política monetaria por una cantidad superior a la diferencia. El saldo de pagarés en circulación pasó de los 2,05 billones de pesetas de enero a 3,42 billones a finales de mayo, para situarse actualmente en torno a los cuatro billones.

En los otros tipos de deuda, la variación ha sido muy inferior, excepto en la exterior, cuyo montante ha crecido en más de 100.000 millones de pesetas, hasta situarse a finales de mayo en 747.219 millones. En la misma fecha, los saldos de otras modalidades eran de 574.941 millones en la deuda interior estatal, 1,43 billones las cédulas para inversiones, y 230.552 las deudas especiales. Los avales ascendían a 565.000 millones de pesetas

El Estado proyectó en los presupuestos de 1984 pagar este año 290.537 millones de pesetas de intereses y 253.808 millones de pesetas de amortizaciones, sin contar los avales ni la deuda a corto plazo (pagarés del Tesoro), que debe ser pagada por lo que se recibió al emitirla más los intereses. Pero la imposibilidad del Banco de España de hacer frente, con sus ingresos por operaciones de divisas y reservas (340.000 millones de pesetas en 1983), a los gastos de regulación monetaria (certificados y depósitos obligatorios), que crecieron un 68% en el mismo año, ha desbordado los presupuestos iniciales, al exigir la conversión de certificados de regulación monetaria en pagarés.

Con dicho coste adicional para el Tesoro -cercano, para 1984, a los 300.000 millones de pesetas-, el Estado deberá afrontar por la deuda pública una carga de intereses y amortizaciones próxima a los 800.000 millones de pesetas. Cifra en la que no se incluyen los avales, ni unos 137.000 millones de pesetas de intereses y amortización de cédulas para inversiones, ni deudas especiales, ni los intereses que deberá pagar el Banco de España por la parte del coeficiente de caja cubierta con depósitos obligatorios.

Sólo en intereses -por deuda del Estado, pagarés del Tesoro, deuda exterior y Rumasa-, que será la carga imputada directamente al presupuesto, las obligaciones a satisfacer durante el presente año superarán los 600.000 millones de pesetas, al margen de cómo se contabilicen. La previsión inicial del Gobierno para 1985 es de 767.000 millones.

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