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Hassan II convoca para el 31 de agosto un referéndum sobre la fusión con Libia

Los ciudadanos de Marruecos votarán el próximo 31 de agosto, en referéndum, el "tratado de unión árabe-africana" con Libia, firmado por el rey Hassan II y Muamar el Gadafi el pasado día 13. Uno de los artículos del acuerdo establece que "cualquier invasión o agresión de que pueda ser objeto uno de los dos países se, considerará una agresión contra el otro país". En el texto no hay ninguna referencia a Ceuta y Melilla, pero Hassan II, en una intervención televisada a todo el país para convocar la consulta popular, dijo que continúa los esfuerzos de su padre, Mohamed V, para lograr la unificación territorial de Marruecos, "sin olvidar a esas ciudades del Norte".

"El todopoderoso ha querido que vuestro servidor, hijo y discípulo del llorado Mohamed V", afirmó textualmente el monarca marroquí, "realice la recuperación de los territorios que habían quedado bajo ocupación y no olvida en absoluto nuestras ciudades del Norte aún ocupadas."La agencia oficial libia, Jana, hizo público anoche el texto completo del acuerdo, que califica a la entidad que se creará como Unión Árabe-Africana, con el objetivo de "estrechar los lazos de fraternidad entre los dos Estados y sus pueblos". No obstante, se especifica que "cada país de la Unión respetará la soberanía delotro país de modo absoluto, así como la. no intervención en sus asuntos internos". Se deja abierta la puerta a la incorporación de otros países árabes, y africanos.

La Presidencia de la Unión, que tendrá poder ejecutivo, estará integrada por Hassan II y Muamar el Gadafi. Adscr ito a la presidencia se creará un secretariado permanente, cuya sede será rotativa, de tal forma que el secretario general pertenecerá al país en que no se encuentre el secretariado, en tanto que el subsecretario será de la otra nacionalidad.

La unión contará con un comité ejecutivo, compuesto por el Consejo de Ministros marroquí y el Comité Popular General libio. Este órgano vigilará el seguimiento y ejecución de las decisiones de la presidencia. Habrá, asimismo, una cornisión federal, con parlamentarios de ambos países, y los siguientes consejos: político, económico, de defensa y cultural y técnico.

Se creará también un tribunal para la resolución de los eventuales conflictos que puedan presentarse al aplicar el tratado. Un ministro o un secretario residente -pero ya no un embajador- será el representante de los intereses de cada país ante las autoridades del otro.

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